La mitad de las personas que se aficionan al running se lesionan durante el primer año, lesiones que en muchos casos están relacionadas con el calzado deportivo. Estudiantes de Podología de toda España, reunidos en el XI congreso nacional, han aprendido esta semana en el Colegio de Médicos de Alicante cuáles son las claves a la hora de recomendar una zapatilla para correr. Porque en este terreno también las modas cambian y los fabricantes están en constante innovación.

Si hasta hace pocos meses saber si eres pronador (hundir el pie hacia dentro), supinador (hundirlo hacia fuera) o neutro era el criterio esencial para elegir un buen calzado, hoy estas palabras comienzan a ser historia. «Los podólogos ya no tenemos en cuenta eso, hay otros criterios más importantes, como el peso de la persona o el terreno por donde se corre», explica José Antonio Berná, podólogo del Elche Club de Fútbol. En este sentido, tener en cuenta los kilos que tiene que soportar una zapatilla es esencial, «y muchas veces es algo que se obvia». Cuanto menos pese un corredor, menos amortiguación necesitará en sus zapatillas. En este sentido, el podólogo Eugeni Llorca desmonta un mito. «Siempre se ha creído que cuanta más amortiguación lleve una zapatilla, menos riesgo de lesiones, y no es así». Llorca aconseja que ésta siempre vaya en relación al peso del corredor y pone un símil. «Si corres sobre un colchón tendrás mucha amortiguación, pero pierdes estabilidad y te puedes lesionar». Las lesiones más habituales en los corredores, recuerda este profesional, se localizan en rodillas, caderas y pies.

Otro término con el que parece que se tienen que ir acostumbrando los corredores es el de «drop», que no es otra cosa que la diferencia que existe entre el talón y la zona del antepié y dedos. Este grosor se mide en milímetros, que van de 12 a 0, y conviene tenerlo en cuenta para elegir el calzado más adecuado a la hora de quemar kilómetros corriendo. «Las personas que tengan sobrecarga en el gemelo o en el sóleo necesitan un drop alto», señala Berná. Y al contrario, corredores con lesiones en las rodillas «deberían usar suelas con un drop bajo».

Los expertos también lanzan la voz de alarma en la obsesión que muchos corredores tienen por comprar zapatillas ligeras para poder arañar segundos al tiempo. «Una zapatilla con drop bajo pesa mucho menos, paro usada por personas que tienen problemas en los gemelos o sóleo puede provocar lesiones».

Las marcas comerciales han encontrado en la pasión que despierta el running un filón para ir sacando al mercado nuevos materiales y nueva tecnología aplicada al calzado deportivo. Entre ellas el denominado «boost», de la marca Adidas, ideado para correr más rápido, pero que los especialistas no aconsejan a los que están iniciándose en este deporte. Para Berná, «son unas zapatillas que devuelven mucha energía, por lo que hay que correr muy rápido para aprovechar este retorno».

El podólogo del Elche Club de Fútbol desmonta otro mito, que correr descalzo es bueno. «No hay ningún estudio que pruebe que correr sobre las superficies a las que estamos acostumbrados sea beneficioso. Al contrario, conviene llevar el pie protegido de las irregularidades del terreno».

Los expertos que participaron en el Congreso Nacional de Estudiantes de Podología analizaron también algunas de las distintas técnicas de carrera y alertaron sobre algunas modas que se están imponiendo en esa obsesión por ser más rápidos y que no siempre son las más adecuadas. «Ahora se aconseja que lo primero que se apoye en el suelo sea la parte delantera del pie, pero eso es muy lesivo para personas que tienen problemas de gemelos y sóleos».