n Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante y presidente de los geógrafos españoles celebró ayer la aprobación del Pativel. «En nuestro país estamos muy acostumbrados a planificar los recursos del medio natural a demanda, a la carta. Si me hace falta agua, la consigo de donde sea, si me hace falta suelo para urbanizar, lo clasifico en los planes como tal y punto. Cuesta pensar que el territorio y sus bienes naturales es un bien finito y que debemos gestionarlo con racionalidad y sensatez. El Pativel es una apuesta valiente de la administración valenciana».

Olcina subrayó que «no es ningún castigo para la promoción inmobiliaria. No nos va a hacer más pobres. Es un beneficio para toda la ciudadanía. Cuando a finales de los años ochenta se aprobó la primera ley de espacios naturales protegidos de la Comunidad Valenciana y se protegieron lugares tan señeros como el Peñón de Ifach o las Salinas de La Mata y Torrevieja, estas mismas voces ya clamaron en contra de esa ley. Hoy, afortunadamente, todos podemos disfrutar de la riqueza ambiental de estos espacios». Para Olcina, la protección de 7.000 hectáreas de primera línea en toda la costa valenciana, a partir del empleo de la herramienta de planificación territorial de la denominada infraestructura verde ha sido una opción inteligente. «No es un proceso descabellado. Al contrario, las sociedades avanzadas, nuestros vecinos europeos, valoran positivamente que nuestro litoral siga teniendo ventanas sin urbanizar o con débil ocupación».

«Y si somos inteligentes podemos vender esta protección como un eslogan turístico, de un turismo que sabe apostar también por la calidad ambiental. Estos últimos meses, hemos escuchado argumentos increíbles, como que Málaga tiene ocupado el 80% de su franja costera y nosotros apenas el 50%, y, claro está, aún queda margen de actuación. No tuvimos bastante con las consecuencias de la reciente crisis económica.Hay quien quiere más».