Frente al Hospital General de Alicante hay una amplia plaza ajardinada que podría ser un edén para las familias de los pacientes y para los vecinos, sobre todo en verano cuando el calor aprieta. Sin embargo, se ha convertido en un lugar inhóspito, lleno de basura, maleza crecida y hojarasca acumulada, y con un problema de accesibilidad que impide su disfrute en condiciones confortables a madres y padres que llevan a sus niños en carritos así como a mayores en sillas de ruedas pues sólo hay barreras arquitectónicas en forma de escalones. Faltan rampas que faciliten el acceso a personas con problemas de movilidad.

De esta situación se hace eco la asociación de vecinos de Campoamor-Plaza de américa. «La accesibilidad para las personas con movilidad reducida es cero», afirma su presidente, Luis Romero. El colectivo elevó en 2017 una propuesta de actuación integral en la plaza, dentro de los presupuestos participativos, pero no prosperó, y ahora vuelven a reclamar al Ayuntamiento una intervención.

«Las plazas suponen lugares especiales dentro del entorno urbano en los que los ciudadanos realizan actividades de esparcimiento y ocio, además de ser espacios adecuados para las relaciones sociales y para las actividades culturales y recreativas, y deben ofrecer a todos sus usuarios la comodidad y seguridad adecuada», explica la asociación en un escrito. Algo que consideran que no se está produciendo en la plaza de la Cruz Roja pues entienden los vecinos que el diseño urbanístico impide en este caso el que pueda ser utilizada adecuadamente por personas con algún tipo de discapacidad.

«Incomprensiblemente la plaza carece de las mínimas condiciones de accesibilidad pues no existe aparcamiento de uso público al servicio de las personas con movilidad reducida. Los accesos se complican porque hay escalones, diferencias de nivel y no existen rampas que suavicen la pendiente. Y los itinerarios peatonales están muy deteriorados», argumentan. Otra queja es que el mobiliario urbano, es decir, los bancos, no son ergonómicos «ni en su diseño ni en sus materiales».

A la larga lista de quejas se une la falta de señalización en la zona ajardinada y el escaso riego que contribuye a que algunos árboles estén empezando a secarse. La maleza está muy crecida e invade las zonas de albero dificultando el paseo. «No nos hacen ni caso y está todo muy abandonado. Es una plaza que está frente al hospital y muchas personas que vienen de fuera a hacer visitas se toman ahí el bocadillo pero está que da asco». Porque los vecinos también están molestos por la falta de limpieza, así como por el uso inadecuado que hacen algunas personas que duermen en sus bancos. Por este motivo entienden que la plaza de la Cruz Roja necesita una intervención integral para mejorar su imagen, sus condiciones y conseguir además la «accesibilidad universal», en un proceso en el que apuestan por la participación de las personas mayores y con discapacidad para que puedan valorar las soluciones que más se ajusten a sus necesidades.

Otra queja es la falta de juegos biosaludables en las plazas de América y de la Cruz Roja pese a la reiterada petición de los vecinos, así como la suciedad y el mal estado de los bancos en la plaza entre Martin Luther King y la calle Llinares. La mayoría están rotos con los listones de los asientos arrancados y llenos de pintadas.