Escaleras con puntos ciegos al mirar desde arriba o desde abajo, calles con falta de iluminación y pocas señales, así como vías con escaso tránsito peatonal y sin actividad comercial. Todas estas circunstancias se concentran en el casco antiguo y provocan un mayor riesgo para las mujeres. Así quedó de manifiesto gracias a una actividad coordinada por la catedrática de Salud Pública de la Universidad de Alicante María Teresa Ruiz Cantero en la que participó la arquitecta-urbanista, e investigadora de la Cátedra UNESCO de Políticas de Género Inés Novella.

Dentro del programa «Ciudades Seguras. El espacio público desde la perspectiva de género» reunieron a un grupo de vecinos del Barrio y realizaron un recorrido de unos dos kilómetros para señalar y posteriormente analizar los puntos más conflictivos con el fin de enviar sus conclusiones al gobierno municipal para pedir soluciones.

La arquitecta, llegada de Madrid y que ya ha realizado estas «marchas exploratorias» en otras ciudades, fue explicando a los residentes la importancia por ejemplo de una iluminación adecuada que apunte hacia abajo y a ser posible de luz blanca en lugar de las de luz amarillenta con el haz hacia arriba aunque estéticamente puedan aportar una atmósfera peculiar.

Los propios vecinos señalaron partes en las que «en más de una ocasión los propios residentes han evitado agresiones sexuales a chicas», afirmó la presidenta de la asociación Laderas del Benacantil, Iluminada Doñate. Los puntos con «código rojo» para las mujeres son las escaleras que van desde la calle San Roque a la calle Toledo; las de la calle San Rafael que dan a la plaza del Carmen que, aunque pintadas y con flores dejan varios ángulos muertos de visión; el tramo peatonal de la calle Virgen de Belén; y la zona de la Balseta que sirve de aparcamiento.

Las expertas también apuntaron las localizaciones en las que los vecinos llevan años denunciando la suciedad, el ruido, los orines, el botellón e incluso el trapicheo de drogas. Con todo ello prepararán un dossier en el que incluirán imágenes reales y otras de cómo quedaría el mismo lugar si se cumpliera la normativa o se realizara alguna pequeña intervención urbanística.

Novella explicó la importancia de los bajos de los edificios y como influyen a la hora de fomentar la seguridad. Puso como ejemplo el hotel de la calle San Nicolás, justo detrás de la concatedral, que simplente con haber colocado puertas de cristal y haber ilumado el interior genera seguridad en el exterior y ha empezado a cambiar la dinámica de la calle porque quien buscaba el cobijo de la falta de iluminación y tránsito para orinar, ahora pasa de largo. Algo similar ha ocurrido en la calle Villavieja con locales rehabilitados recientemente y también ha funcionado.

De cara a la seguridad de la mujer la urbanista incidió en la necesidad de poner más señales y en lugares visibles en la zona alta del Barrio para tener claras las vías por las que salir, especialmente pensando en el turismo.