La cúpula del PSPV vivió ayer en sus propias carnes el coste de forzar la salida de Gabriel Echávarri de la alcaldía, una de las decisiones más difíciles a las que se ha enfrentado la formación en la ciudad, capital de provincia para más inri, por el riesgo que suponía no tener garantizada la continuidad del mandato en manos de Eva Montesinos. El presidente de la Generalitat y secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, se enteró ayer en Japón del ascenso de Barcala y subrayó que el PSPV lo que hizo fue actuar con «ética y responsabilidad» en el Ayuntamiento. «Las fuerzas progresistas no podían aceptar ningún chantaje», indicó Puig, a quien ayer apuntaban algunos dirigentes locales del partido como principal responsable del cambio de gobierno.

El jefe del Consell, que ayer estaba en Tokio de viaje institucional, defendió que el PSPV ha actuado «con ética y responsabilidad y el PP ha actuado como siempre». «Los ciudadanos tienen que saber que aquí hay un gobierno progresista que gobierna para todos y que no hace trampas», añadió.

Echávarri dejó su acta el pasado 9 de abril, tras ser doblemente procesado por despedir a una trabajadora temporal del Ayuntamiento, cuñada del propio Barcala, y por un supuesto fraccionamiento de contratos en Comercio.

Si Puig apelaba a las consecuencias de la ética y de la responsabilidad, el secretario de organización del PSPV, José Muñoz, que ha estado a pie de negociaciones junto a Montesinos en los últimos días, insinuó que la edil no adscrita Nerea Belmonte había llegado a algún acuerdo con los populares. La aspirante a la Alcaldía, una vez supo del jarro de agua fría que Belmonte le echó en la espalda al no darle su apoyo, hizo unas declaraciones tras el pleno de investidura que cerró dando la palabra a Muñoz. Le cedió el turno justo cuando los periodistas le preguntaron que en qué punto se habían encallado las negociaciones, a lo que Muñoz respondió con insinuaciones sobre una negociación entre Belmonte y los populares. «La ciudad de Alicante tiene que estar triste por tener un alcalde que ha llegado mediante una serie de cuestiones que tendrán que aclarar en su momento», y advirtió de que el PSOE «estará vigilante sobre el proceso de decisión de la concejal». Acusó a Belmonte de «interés retributivo» y a Cs de no haber tenido «altura política» y devolver a la ciudad a la «vieja política».

El secretario de organización añadió que lo ocurrido en el Ayuntamiento era un «tamayazo», -en alusión al transfuguismo de dos parlamentarios del PSOE en la Comunidad de Madrid-, un término que luego otros dirigentes socialistas y de Compromís moldearon para acuñar el de «belmontazo», como el Síndic del PSPV en las Cortes, Manuel Mata; la secretaria de Política Municipal del PSOE, Susana Sumelzo o el portavoz de Compromís en el Ayuntamiento alicantino, Natxo Bellido.

Por su parte, el secretario general de los socialistas alicantinos, José Chulvi, tildó la jornada de ayer de «día triste» para Alicante «porque no se merecía un episodio como éste». «El PSPV y Montesinos siempre mantuvieron una postura de profundo respeto hacia la institución y hacia los alicantinos, seria y leal, y la de otros ya lo explicarán ellos si pueden», agregó.

El secretario local del PSOE que reveló a Echávarri, Miguel Millana, tildó de «vergüenza» la forma en que Barcala ha llegado a la Alcaldía y rechazó contundentemente la manera de actuar de Belmonte por «dar un paso hacia la derecha», ya que procedía de Podemos y ayer permitió la vuelta del PP. «No veo una jugada limpia», añadió.

Desde Compromís, la portavoz adjunta en las Cortes, Mireia Mollà, afirmó que «han ganado los amigos de Enrique Ortiz, el empresario corrupto que ha financiado al PP sus campañas» y señaló que el exalcalde Echávarri debía haberse apartado «mucho antes» para evitar «enquistar los problemas». Lamentó que la edil no adscrita y exconcejal de Podemos «haya puesto precio a la dignidad del pueblo» y se preguntó si ese precio «lo ha pagado el PP». El diputado de Compromís Joan Baldoví fue más allá y escribió en su Twitter que en Alicante el PP ha recuperado la alcaldía prometiendo sueldo público a una tránsfuga, por lo que se trata, dijo, de un «gobierno ilegítimo». La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, se pronunciará hoy al respecto en la rueda de prensa prevista después del pleno del Consell.

Podemos carga contra Cs

Desde Podemos, su Síndic en las Cortes, el alicantino Antonio Estañ, admitió que en Alicante «no se ha conseguido» cambiar el modelo de gobierno del PP, por lo que hizo un llamamiento a los partidos a «reflexionar para que no pase más». Belmonte pertenecía a Podemos y llegó al Ayuntamiento bajo la marca Guanyar. Podemos Alicante emitió un comunicado acusando a Cs de anteponer «su interés especulativo electoral a la higiene democrática» y comparó a Belmonte con otros tránsfugas de izquierda que han aupado gobiernos del PP.