Que la edil tránsfuga Nerea Belmonte recupere el sueldo que perdió al ser expulsada de Guanyar y, en consecuencia, del equipo de gobierno por adjudicar contratos menores a un empresa de su entorno continúa siendo el principal escollo para que la socialista Eva Montesinos se garantice su investidura como alcaldesa de Alicante. Así, al menos, lo reconocen desde las formaciones que dieron forma al ahora extinto tripartito. Tras el «no» de PP, Ciudadanos y del también tránsfuga Fernando Sepulcre, al PSOE sólo le queda Belmonte para sumar el voto 15 que necesita.
Ante ese escenario, según admiten desde el PSOE y Compromís, la pelota está en el tejado de Guanyar. La marca blanca de EU en el Ayuntamiento sigue mostrándose más que esquiva a la hora de poder garantizar su apoyo para que la tránsfuga tenga sueldo. El portavoz de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, reconoció ayer que este asunto les resulta incómodo: «Es un tema que no me gusta nada. Que Belmonte tenga sueldo nos hace más daño a nosotros que al PSOE y a Compromís». Deseos al margen, Belmonte busca un compromiso de las fuerzas progresistas para garantizarse sueldo, para lo que primero habría que reformar el Reglamento Orgánico de Pleno (ROP), que ahora impide que los tránsfugas perciban remuneración económica y, además, que tengan derechos políticos, y luego aprobar la remuneración en una posterior sesión plenaria. «No podemos ir más allá de un 'sí' a modificar el ROP. ¿Que recupere el sueldo? Eso lo tendríamos que valorar en una asamblea de Guanyar», señaló ayer Pavón, quien se negó a dejar por escrito un compromiso para que Belmonte vuelva a cobrar como concejala del Ayuntamiento, pese a continuar en su condición de tránsfuga.
Está previsto que la alcaldesa en funciones y candidata socialista para retener la Alcaldía, Eva Montesinos, entregue hoy a Pavón el informe de los servicios jurídicos sobre la legalidad de que los concejales no adscritos tengan derechos políticos y puedan tener sueldo. «Cuando tengamos el informe jurídico, lo estudiaremos y hablaremos con ella», apuntó ayer Pavón, quien prevé hablar hoy con Belmonte una vez conozca el documento jurídico, que está previsto que vaya en la misma línea que el escrito de la Secretaría de Pleno, que avala la petición de Belmonte.
En Guanyar no quieren comprometerse por escrito a que la concejala que expulsaron de la formación a principios de 2016 por adjudicar contratos menores a una empresa de su entorno recupere el sueldo que perdió hace ahora dos años. Con todo, son conscientes de que el futuro del gobierno municipal puede depender de adquirir, o no, ese compromiso con Belmonte. Entre sus exsocios de gobierno mantienen la esperanza de que Pavón y los suyos muestren cintura ante un escenario extremo. Y es que si la ex de Guanyar no vota a favor de la investidura de Montesinos, y ningún concejal cambia el signo de voto anunciado hasta la fecha, la vara de mando recaería en manos del popular Luis Barcala, como candidato de la fuerza más votada en las elecciones municipales de mayo de 2015.
