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Poco importa quién gobierne en Alicante

La Corporación elegirá esta próxima semana al sustituto de Gabriel Echávarri al frente de la Alcaldía de Alicante con la mirada puesta en las elecciones municipales previstas para dentro de poco más de un año

Un instante del primer pleno con Montesinos al frente. álex domínguez

Alicante elegirá esta próxima semana al sustituto de Gabriel Echávarrial frente de la Alcaldía. En un pleno de investidura previsto para el jueves, la corporación municipal decidirá si quiere que el gobierno continúe en manos de la izquierda, en la figura de la socialista Eva Montesinos, o vuelve a manos de la derecha, a través del popular Luis Barcala. Sin embargo, ese día, a primera hora de la mañana, no sólo se pondrá nombre y apellidos al séptimo alcalde del actual periodo democrático en Alicante, sino que se resituarán las piezas políticas ya con la mente en las elecciones municipales previstas para mayo de 2019, es decir, para dentro de apenas trece meses. Y es que todo lo que pase en ese pleno, en el que previamente tomará posesión de su acta el nuevo concejal socialista, Miguel Castelló, tendrá una lectura más en términos de futuro que de presente.

En el Ayuntamiento, cuando los micrófonos se apagan, unos y otros admiten que poco se podrá sacar adelante en lo que resta de mandato, más allá de coger posiciones favorables para una carrera electoral que se prevé larga y disputada. A la izquierda le basta, según admiten, con intentar recomponer su deteriora imagen después de tres años de continua erosión con el fracasado tripartito, mientras que el PP es algo más optimista, sabedor de que si logran la Alcaldía tendrán el respaldo económico de dos poderosas administraciones: la Diputación y del Gobierno central. Ante ese escenario, en Ciudadanos confían en que al menos uno de los dos concejales tránsfugas, sobre todo Nerea Belmonte (ex de Guanyar), finalmente dé a Montesinos el voto que, a priori, le falta para certificar su investidura. La formación naranja, que ya ha anunciado su «no» a la candidata socialista, ansía con seguir en «modo avión». El problema, para un partido que aspira a ser la lista más votada en las próximas municipales en Alicante según auguran las encuestas, llegará si sus cálculos fallan, que todo puede pasar en política, y el PP se hiciera con el poder a poco más de un año de la cita con las urnas, con las arcas saneadas y dos administraciones dispuestas a financiar proyectos visibles a los ojos de los alicantinos.

Con la mente puesta en vender proyectos para sus votantes y no tanto en impulsarlos realmente en lo que resta de mandato, en Guanyar Alacant han puesto sobre la mesa un documento con medio centenar de iniciativas, la mayoría heredadas de la fracasada etapa del tripartito. Entre ellas destacan la intención de avanzar en el Plan General Estructural, aprobar el Catálogo de Protecciones, retomar los contactos con Ikea para que se implante en Alicante, acelerar el proyecto del paseo litoral, retomar el Plan de Inclusión Social, renovar los planes de veladores en el entorno de Castaños, proseguir con el Plan Ciudad, reactivar los proyectos relativos a la Edusi, negociar con el obispado la adquisición del antiguo asilo de Benalúa y trabajar en la remunicipalización de servicios.

El inminente gobierno local

Si gobierna la izquierda, como así pretende Guanyar pese a sus continuos órdagos, pocos de esos proyectos avanzarán decididamente. Pero da igual, ése no es el objetivo primordial, sino situarlos en primera línea para tener munición de cara a la campaña. Nadie valora que si Montesinos se hace con la vara de mando incluya en su ejecutivo a los de Pavón, así que Guanyar tendrá más libertad, si cabe, en su estrategia electoral. Tampoco existen excesivas dudas, pese a recelos en el seno de la coalición, de que Compromís se integrará en el gobierno: el interés de sostener el Pacto del Botánico se impone en cualquier posible pulso. Y es que, además, una vez consumada la marcha de Echávarri, a Compromís se le han desactivado sus argumentos para mirar al gobierno desde la barrera. De hecho, Bellido ya habla, en círculos políticos, de su futura Vicealcaldía.

Batallas internas

Con la vista puesta en mayo de 2019, en el PSOE son conscientes de que muchos astros se deben alinear para que Montesinos sea la alcaldable dentro de un año: sólo repetiría si realizase un milagro, para algo se encomendó a la Santa Faz, en lo que resta de mandato. En Guanyar el escenario es, si cabe más complejo: no saben bajo qué marca irán a las elecciones, ni con qué compañeros de viaje ni con qué cabeza de lista. De hecho, en Esquerra Unida existen dos bandos: el mayoritario duda de la conveniencia de acudir junto a Podemos, una idea que defiende el sector de Pavón. En Compromís, por su parte, la incertidumbre rodea la figura del alcaldable, con dos aspirantes al puesto: el conseller Manuel Alcaraz (de Iniciativa) y el actual portavoz municipal, Natxo Bellido (del Bloc).

Por su parte, en el PP mucho depende del resultado del inminente pleno de investidura. Si Barcala se hiciera con la vara de mando, las discusiones sobre el candidato se atenuarían hasta niveles máximos, lo que dejaría en la estacada, fuera de la pugna, al actual subdelegado del Gobierno, José Miguel Saval. En esa lucha de intereses internos, se acordaron de su aliado en la Diputación, del tránsfuga Fernando Sepulcre, cuando el ex de Cs avanzó públicamente su inclinación a favor de Montesinos como alcaldesa frente al popular Barcala. Hecho ese anuncio, el teléfono le empezó a sonar. El peso de las llamadas se desvelará en el pleno de investidura, ya que son muchas voces las que sostienen que finalmente votará a Montesinos como capote a su principal aliado en el palacio provincial, Carlos Castillo, íntimo enemigo de Barcala.

Y en Ciudadanos, mientras dicen «no» a Montesinos aunque suspiran por que se sitúe al frente del gobierno municipal, sólo tienen claro que su actual portavoz, Yaneth Giraldo, no seguirá en el puesto dentro de un año. La edil, una recién llegada a Alicante en la anterior campaña electoral, prevé dar el salto a las Cortes, dejando vacante un puesto muy goloso, con posible aroma a Alcaldía.

En este escenario, Alicante elegirá esta próxima semana al sustituto de Echávarri al frente de la Alcaldía. Mientras los ciudadanos ansían proyectos, los políticos fijan su mirada en mayo de 2019. Y es que cabe la seria posibilidad de que ninguno de los actuales portavoces municipales sean los referentes de sus partidos en las próximas elecciones. Mucho queda por jugar en un partido que consume demasiadas energías como para pensar en iniciativas para la ciudad. Otro mandato perdido.

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