Ayer hubo pleno en el Ayuntamiento de Alicante. Se habló de una cosa mientras todos pensaban en otra. Se aprobó el presupuesto para este año, otra vez tarde, pero pese a ser algo fundamental no era lo más importante. Desde el primer minuto se certificó que, ahora, en el Ayuntamiento, todo gira en torno a la necesidad. Y como ésta es la madre de la simpatía y la amabilidad, la alcaldesa en funciones, Eva Montesinos, hizo una entrada en el Salón de Plenos al más puro estilo, un tanto sobreactuado, de diva holliwoodiense, deshaciéndose en cariñosos saludos y halagos con quienes ya debe estar negociando mientras le perseguían los flashes de los fotógrafos.
Después del beso casi cinematográfico que le plantó el martes al portavoz de Guanyar, Miguel Ángel Pavón (en minoría en su grupo municipal), la regidora socialista -calzada con tacones de aguja rojos, vestido negro de tubo y chaqueta negra de cuero-, ayer le pasó la mano por los hombros a un embelesado Víctor Domínguez (del sector mayoritario en Guanyar) que acabó ruborizado. «¿A ti no te ha saludado Eva Montesinos?», preguntó la edil Marisol Moreno, con la retranca que le caracteriza, a la concejal del PP Marisa Gayo, quien boquiabierta observaba toda la escena. El protocolo de saludos fue tal que provocó un notable retraso en el inicio del debate, pero nadie tenía dudas sobre qué era lo primero para la alcaldesa en funciones; y qué había en juego entre las tres paredes del Salón de Plenos alicantino.
Lo prioritario para el PSOE ahora mismo es lograr 15 votos que garanticen que Eva Montesinos pueda convertirse en la segunda mujer con vara de mando en Alicante tras la era de Gabriel Echávarri que tocará a su fin previsiblemente el próximo 9 de abril, el único número que todos los concejales tienen en mente. Ayer lograron esos votos para el presupuesto gracias al apoyo del tránsfuga, exCiudadanos, Fernando Sepulcre, y a que ante el empate a votos que se produjo (14 en contra de PP, Ciudadanos y Nerea Belmonte; frente a 14 a favor de PSOE, Guanyar, Compromís y Sepulcre), Montesinos hizo valer el privilegio del voto de calidad de la Alcaldía en los plenos.
«No voy a poner más palos en la rueda de Alicante», afirmó Fernando Sepulcre sobre el presupuesto, pero todos entendimos a qué se refería. A partir del 9 de abril, con Echávarri dimitido y Miguel Castelló incorporado como concejal en las filas socialistas; con Sepulcre, 15.
Mientras los presentes en el pleno meditaban la ecuación, Nerea Belmonte, a quien las quinielas municipales sitúan como apoyo número 16, puso el dedo en la llaga y recordó al grupo municipal del PSOE lo que ayer se esforzaban por olvidar: «¿Por qué no está hoy aquí el alcalde? Si puede seguir cobrando un sueldo del Ayuntamiento hasta el día 9 de abril, debería estar aquí y cumplir con su obligación».
Ante tan impecable argumentación, los socialistas fingieron haber oído, pero no escuchado, y continuaron en esta filosofía cuando la portavoz de Ciudadanos, Yaneth Giraldo, también sobre el presupuesto, pero seguro que con otras intenciones, consideró que los socialistas no son de fíar: «Por prometer, que no quede; luego, Dios dirá. Hay mucho nerviosismo en el PSOE y Compromís», lo que no es de extrañar estando en el aire la Alcaldía de Alicante y teniendo ya todos claro que el PSOE quiere un bipartito con los de Natxo Bellido y no reeditar un tripartito con Guanyar. «Aquí solo se habla de dimisiones o sillones», apuntó en su intervención el portavoz del PP, Luis Barcala, quien tiene también la certeza de que con su grupo no se van a sentar.
Montesinos no es Echávarri moderando los plenos. El alcalde es muy flexible en tiempos e intervenciones. La alcaldesa en funciones no pasa ni una. «No quiero ni un insulto en esta sala», afirmó tajante cuando Pavón llamó «ignorante» a Sepulcre y éste le replicó «ignorante, usted», como si ambos volvieran a la etapa púber del colegio.
El pleno fue, como siempre, de siete horas; y con dos largos recesos que decretó la alcaldesa, quizás en homenaje a Echávarri, quien era muy dado a ellos. Fueron bien aprovechados por algunos de los presentes para debatir sobre una cuestión de profundidad: ¿dónde colocarán el retrato de Gabriel Echávarri en el Salón Azul donde están las imágenes de todos los alcaldes alicantinos? Junto a Miguel Valor no hay hueco, porque su retrato está en una esquina. Una concejal apostó por que se mueva una vitrina existente y se clave ahí el cuadro. Otra, porque se muevan los retratos de la fila de los últimos alcaldes y se le haga hueco. Otro planteó que se ponga en la parte superior de una pared libre, justo debajo de la cornisa. Otro señaló que no, que debía estar a mano por si resulta condenado y tiene que ser retirado junto con los de Luis Díaz Alperi y Sonia Castedo, si éstos resultaran condenados en los procesos judiciales que también tienen abiertos. Y observando observando se descubrió la singularidad de que el retrato de Luis Díaz Alperi es el único que tiene cristal de entre todos los existentes. Quizá para evitar actos vandálicos.
A la vuelta del tiempo de asueto, el final del pleno aún depararía sorpresas, como que todos los grupos, menos el PSOE que se abstuvo, estén de acuerdo en que el Gobierno tramite una ley para que los partidos políticos sean responsables subsidiarios de las tropelías y desvío de dinero que puedan cometercargos públicos. «Hay que castigar a los caraduras que abusan de su cargo en su propio beneficio», concluyó Israel Cortés, edil del PP, y seguro que lo dijo con segundas, pero no especificó.
