La ejecutiva que, a partir de ahora, dirigirá al socialismo alicantino en medio de la peor crisis política de su historia, es una dirección controlada por Ángel Franco pero más propia de la década de los 80 que del siglo XXI. Junto a un secretario general como Miguel Millana, conseller con Joan Lerma hace 35 años, el presidente de la agrupación será otro militante más propio de épocas ya pasadas: José Antonio López Berruti. Un hombre en su momento de la plena confianza de Antonio Fernández Valenzuela, ahora pegado a Ángel Franco y que ocupó puestos en la conselleria de Sanidad también hace más de tres décadas en los gobiernos socialistas de la Generalitat. Igualmente, en la lista aparecen otros cargos que ya tienen una larga hoja de servicios como ediles o cargos públicos durante los últimos veinte años como Vicente Ronda o Manuel Bueno, entre otros.

Ángel Franco se queda con el control del área de Organización con Pedro Ródenas, uno de sus fieles, con la Coordinación Institucional para el edil Carlos Giménez, otro de los colaboradores más estrechos del exsenador y de nuevo en la ejecutiva después de que se archivara su imputación en el despido de la cuñada de Luis Barcala.

Franco ha colocado en la dirección como vocal a su mujer, Fini Nicolás, asesora en el Ayuntamiento de Alicante y pieza clave en la movilización de su grupo de afiliados. Pero también está en la dirección Yolanda Zaragoza, esposa de Carlos Giménez, uno de los «jefes» del aparato de Franco, y que se hará cargo de la atención a los militantes. La sala de máquinas del partido para los más fieles. Todo queda en casa.

Son dos de las pocas mujeres que figuran en una ejecutiva que no cumple con la paridad. Ni de lejos. Tanto la ejecutiva de Pedro Sánchez como la de Ximo Puig son paritarias. Como también lo es el Consell surgido del Pacte del Botànic. De los 54 miembros de la nueva dirección de los socialistas alicantinos, únicamente una veintena -menos de un 40%- son mujeres. Pero son datos ficticios.

El núcleo de poder de esta nueva ejecutiva socialista -vicesecretarías y secretarías- lo forman 38 personas de las cuales sólo nueve -menos de un 25%- son mujeres. Sólo se compensa un poco con las 16 vocalías, que no tienen ninguna competencia adscrita y por tanto sin poder real. En ese cupo, Franco colocó en la ejecutiva que encabezará Miguel Millana a once mujeres para poder maquillar un poco los datos finales.

Una dirección socialista que, en todo caso, tendrá, obligatoriamente, una nueva proyección pública. Queda fuera el actual jefe de gabinete de Alcaldía, Lalo Díez, hasta ahora uno de los vicesecretarios y portavoz de la ejecutiva socialista.

Procesado y pendiente de la apertura de juicio oral por el fraccionamiento de contratos en la concejalía de Comercio, Lalo Díez estará al margen de la nueva cúpula política, lo que ha obligado a nombrar otro portavoz, cargo que ocupará el militante Sergio Ramón, desconocido hasta para los afiliados más veteranos.

El otro asesor procesado en ese procedimiento, Pedro de Gea, no es militante pero fue muy llamativo que Gabriel Echávarri no le citara ni siquiera en su discurso cuando agradeció a casi todo su equipo.

En la ejecutiva estará hasta José Díaz, abogado de Gabriel Echávarri, uno de sus amigos personales y ahora responsable nada menos que de la movilización electoral.