El secretario general saliente del PSOE en Alicante y todavía alcalde de la ciudad, Gabriel Echávarri, realizó ayer una férrea defensa de la figura de Ángel Franco, exsenador, su mentor en política y el hombre que lleva veinte años controlando los hilos del socialismo alicantino. «Ángel [Franco], gracias por todo. Criticado y machacado, pero el primero en montar un escenario o repartir panfletos... El partido necesita a mucha gente como él», señaló ayer un emocionado Echávarri en la intervención en la que hizo balance de sus seis años al frente de la Ejecutiva.

Con lágrimas en el tramo final de un discurso que se prolongó media hora, Echávarri también puso en valor la figura de su jefe de Gabinete y hasta ahora portavoz de la Ejecutiva local del PSOE, Lalo Díez, también procesado por el presunto fraccionamiento de contratos en el área de Comercio. «Lalo no se merece lo que le está pasando. Él sólo hizo lo que yo le dije que tenía que hacer», añadió el todavía alcalde de Alicante, que dejará su cargo al frente del Ayuntamiento el próximo 9 de abril.

En su intervención, Echávarri alabó a Ángel Franco, defendió a Lalo Díez y criticó, de nuevo con dureza, a sus exsocios de gobierno en el tripartito de Alicante, que en apenas un mes deben apoyar la candidatura de Eva Montesinos si el PSOE pretende mantenerse al frente del gobierno municipal, para lo que además necesita el apoyo de un tránsfuga de los dos que hay en el pleno o de Cs. «Nosotros creíamos que era un gobierno de coalición, pero otros pensaban que era una coalición de gobiernos», señaló con la mirada puesta en Guanyar y Compromís, a los que acusó de falta de lealtad política: «La misma tarde que se conoció mi imputación [por fraccionamiento], dijeron que tenía que dimitir, mientras nosotros aguantamos la condena de una compañera [en referencia a Marisol Moreno, de Guanyar, por injurias al Rey]. Y Compromís pide mi dimisión sin ir a declarar, pero tiene a un concejal imputado en València. Para algunos, hay doble vara de medir». Echávarri, que habló del proceso judicial por el presunto fraccionamiento de contratos para criticar a sus socios, no hizo ninguna referencia al otro caso que lo tiene a las puertas del banquillo, el despido de una trabajadora del Ayuntamiento, que a su vez es cuñada por portavoz municipal del PP, Luis Barcala.

En su crítica a sus exsocios de gobierno, Echávarri también se acordó, aunque sin citarlo, del actual conseller de Transparencia, Manuel Alcaraz, al hablar de las conversaciones que dieron formar al gobierno de fuerzas de izquierdas. «Hubo negociadores, hoy en instancias transparentes, que dijeron que teníamos mucho que purgar», afirmó Echávarri, para quien el tripartito, que estuvo dos años y medio al frente de la ciudad hasta que se rompió el pasado mes de noviembre por la negativa a dimitir del alcalde, «nació de una desconfianza mutua».

El todavía alcalde, que ha delegado sus funciones en Eva Montesinos hasta el 9 de abril, negó que su formación vaya a negociar la próxima investidura con los tránsfugas [Nerea Belmonte y Fernando Sepulcre]. «El futuro de la ciudad no puede quedar en sus manos, es una cuestión de dignidad política, podría salir muy caro», prosiguió Echávarri, quien defendió a su delfín en el Ayuntamiento: «Eva Montesinos como candidata es innegociable, tiene el apoyo de todo el PSOE. No vamos a cambiarla porque a otros partidos les guste más otra persona».