El nuevo Plan de Coeducación presentado ayer por el conseller, Vicent Marzà, junto a responsables de su gabinete, presupuestado con 16 millones de euros para cuatro años, contempla la revisión de los libros de texto por parte de la inspección educativa «para reparar la ausencia de la mujer del panorama cultural».

Educación prevé llegar a acuerdos con las editoriales para «desterrar la desigualdad de género» de los ejemplares, subsanando las deficiencias en los contenidos de las asignaturas y materias del currículo «que actualmente ofrecen na visión del mundo sin el saber y logros de las mujeres».

La conselleria critica que las mujeres «se invisibilizan, se excluyen, se omiten o se niegan en el discurso», y que se tiene que tender a la igualdad en los contenidos tanto «académicos como extra-académicos, libres de sesgos de género, evitando la perpetuación de roles y estereotipos que generan cualquier tipo de discriminación», tanto en el lenguaje como en las imágenes.

Retos

De cara al abandono temprano del sistema educativo, se hace hincapié en la necesidad prestar atención a la eliminación de las barreras de género, al tiempo que se prevén medidas para que el profesorado pueda «detectar y actuar ante situaciones de violencia de género y de cualquier tipo de violencia que tenga el sexismo en su origen».

Otro de los retos que plantea este plan de Coeducación es lograr la interrelación de chicos y chicas en el patio de recreo y en las bibliotecas. «Que la ocupación de espacios sea igualitaria, sin predominio de actividades en las que participen específicamente los chicos en momentos en que se comparte el mismo espacio y tiempo», precisa el documento, fruto de un trabajo de la administración con los representantes sindicales casi desde el inicio de la legislatura.

Tampoco se deja en el olvido la promoción de medidas de «conciliación con coresponsabilidad, para las mejores condiciones laborales de su plantilla y ser referente de cara a los cuidados y las tareas del hogar entre el alumnado».

También prevé cambios en la formación inicial del profesorado que incluya la coeducación, tanto en los grados de Magisterio como en los másteres de Secundaria, para que luego lo trasladen a las aulas, así como fomentar la igualdad en la representación de los órganos de toma de decisión