La sanidad en la provincia de Alicante tiene rostro de mujer. Desde la auxiliar que atiende en el mostrador de entrada de un hospital o centro de salud a la cirujana que opera en quirófano. El 73% de los casi 15.000 trabajadores del ámbito sanitario en la provincia de Alicante son mujeres, según datos aportados por la Conselleria de Sanidad.
Aunque al menos en el ámbito público los sueldos son transparentes y homogéneos, el techo de cristal sigue siendo una realidad, lo que indirectamente lastra la capacidad económica de la mujer. A ellas les cuesta más llegar a puestos de dirección, según los datos del Sindicato Médico, que inciden en que sólo el 18% de las jefaturas de servicio y 28% de las jefaturas de sección están ocupadas por mujeres.
«Hay que tener en cuenta que en los años 80 sólo una cuarta parte de los médicos eran mujeres, la situación ha dado un vuelco en los últimos años y ahora es al contrario, pero los puestos jerárquicos siguen estando ocupados por esos hombres que hace 30 años eran mayoría», explica Concha Sánchez, jefa de la zona básica de San Vicente I, dependiente del Hospital General de Alicante. Una realidad, que a su juicio, «el tiempo curará».
Otras profesionales, como Paloma Vela, jefa de sección de Reumatología en el Hospital General de Alicante, no tiene claro si esta menor presencia de mujeres en cargos directivos «es algo impuesto o responde al hecho de que a las mujeres les atraigan menos los puestos de dirección». En este sentido, Vela no cree que ellas lo tengan más difícil para llegar más alto en la jerarquía.
Donde sí hay paridad es en la gerencia de los hospitales públicos de la provincia, cuatro centros están dirigidos por mujeres y tres por hombres. Una de ellas es Beatriz Massa, gerente del Hospital de Sant Joan. En su caso, asegura, «nunca me he encontrado obstáculos en el camino, pero entiendo que debe ser una elección personal de asumir el grado de dificultad que conlleva el cargo».
No es el primer puesto de responsabilidad que ocupa Massa, que ha presidido durante ocho años una sociedad científica autonómica y dos nacional. En su opinión no se mira por igual a las mujeres. «No sabría si calificarlo de machismo, pero sí percibes algo subjetivo. Parece que las mujeres tenemos que demostrar más o se piensa que hemos llegado a donde estamos por otros méritos, algo que con los hombres jamás ocurre». Clichés, que en muchas ocasiones, cree la gerente del Hospital de Sant Joan, tienen detrás a otras mujeres.
Si el techo de cristal sigue pesando sobre las mujeres en Sanidad, en temas como la conciliación se ha avanzado mucho más.
Mar Luri, enfermera gestora de casos en el Hospital de Sant Joan, recuerda su lucha a brazo partido a mediados de los 80 para poder atender a sus hijos pequeños. «Llegué a los tribunales y todo para intentar no trabajar por las tardes porque la familia para mí era algo esencial». Solo cuando sus hijos llegaron al instituto «logré tener el horario deseado». Hoy en día hay más facilidades, aunque Concha Sánchez cree que la corresponsabilidad es aún una asignatura pendiente también en Sanidad. «Lo ves en el día a día, ellas son las que en mayor medida se ocupan de los hijos y de los padres».
Donde todas estas mujeres coinciden es que el trato con el paciente está totalmente normalizado. «Cuando yo empecé, lo normal es que el médico fuera un hombre y la enfermera una mujer. Hoy todo ha cambiado y el enfermo lo asume con total normalidad», explica Luri.
Auxiliares de enfermería, con un 95%, enfermería y auxiliares administrativos, ambos con un 80%, son las categorías en las que mayor presencia de mujeres hay. Sólo en el caso de los celadores son mayoría los hombres (51%). En cuanto a los médicos, también la presencia femenina es levemente mayor, 51,85%.
