María del Carmen Martínez murió entre ocho y diez minutos después de haber recibido los disparos. Ésta es la conclusión en la que se ratificaron ayer ante el magistrado José Luis de la Fuente los peritos de la defensa de Miguel López responsables del informe en el que revisan la autopsia de los forenses del Instituto de Medicina Legal de Alicante basándose en las fotografías de aquella. Los dos fueron citados ante el juzgado que investiga el asesinato de la viuda del expresidente de la CAM, Vicente Sala, para ser interrogados sobre su estudio, en el que concluyen que la víctima recibió los disparos en el momento en que el sospechoso ya no se encontraba en el escenario del crimen, sino cuando éste acababa de llegar a su domicilio. Los dos peritos de la Escuela de Medicina Legal y Forense de la Universidad Complutense de Madrid, César Borobia y Germán Cobo, sostuvieron que la víctima debió permanecer hasta dos minutos en pie fuera del vehículo, momento en que fue encontrada por un empleado del establecimiento de automoción en que recibió los disparos.

María del Carmen Martínez murió tiroteada la tarde del 9 de diciembre de 2017 mientras recogía su vehículo de Novocar, negocio de automoción que regentaba su yerno. La investigación policial establece que la víctima recibió los disparos a los pocos minutos de haber llegado a las instalaciones. La llegada a Novocar se produjo en torno a las 18.30. La autopsia establece la hora de la muerte en torno a las 19.00 y el parte de asistencia del Samu está datado a las 19.05. Unas cámaras captaron a López saliendo de Novocar a las 18.38 horas. Por tanto, la reconstrucción de esos minutos a través de pruebas periciales está siendo decisiva para que las partes puedan defender sus tesis.

Hemorragia o asfixia

El estudio de los expertos de la defensa sostienen que se produjeron los disparos en torno a las 18.55 horas. Los peritos Borobia y Cobo fijaban como causas inmediatas de la muerte «la asfixia mecánica por sofocación debida a la oclusión intrínseca de las vías respiratorias por sangre procedente de la rotura de vasos del macizo cráneo-facial», además de por una hemorragia aguda «debida al sangrado de vasos importantes de la cara, región superior del cuello y base del cráneo». Sea por la asfixia o sea por la hemorragia masiva, el tiempo transcurrido desde que se produjeron los disparos hasta el momento de la muerte fue de ocho, o como mucho, diez minutos, según las conclusiones expuestas por los dos expertos.

La víctima fue encontrada fuera del vehículo tambaleándose por un empleado, que fue quien dio la voz de alerta. Los dos peritos consideran que el tiempo transcurrido desde que María del Carmen salió del coche debió de ser dos minutos antes de desplomarse. En su estudio sostienen que la viuda de Sala «debió permanecer consciente durante un máximo de dos minutos y como consecuencia de la hemorragia habría entrado en confusión (si no hubiera perdido antes el conocimiento) como máximo a los ocho minutos del impacto de los proyectiles».

Los ponentes de esta prueba percial resumían la situación como la de «una persona que tras dos disparos se encuentra ciega, con una importante hemorragia que no se podía frenar espontáneamente y padeciendo una asfixia por aspiración de sangre, lo que dio lugar, por esto último, a que no pudiera hablar ni gritar (se estaba asfixiando) y además no pudiera desplazarse (por la ceguera) más que apoyándose en las estructuras del vehículo, primero dentro del mismo (donde se deduce que estuvo poco tiempo dada la escasez relativa de sangre) y posteriormente, ya de pie, en el lado izquierdo del mismo»

Desde la acusación particular que ejerce el primogénito de la fallecida se cuestionó durante los interrogatorios el estudio porque los peritos no habían visto de primera mano las lesiones sufridas y se han basado en fotografías. Los peritos respondieron que esas lesiones son las que tendría cualquier persona que hubiera recibido una persona en esa misma zona y atendiendo a la trayectoria de la bala.

Ayer comparecieron también los peritos de la acusación particular que ejerce Vicente Sala que han elaborado otro estudio para rebatir las conclusiones de otro de la defensa. En aquel se hablaba de que el WhatsApp de la víctima tuvo actividad hacia las 18.55 horas, la misma hora a la que la prueba pericial médica de la defensa establece el momento de los disparos.

Los peritos de la acusación particular ratificaron ayer ante el juez que no hubo interacción alguna del teléfono a esa hora y que el registro que aparecía en dicho informe era en realidad un proceso automático del teléfono. «Sólo se necesita que la aplicación esté funcionando en el dispositivo del usuario», concluía el informe que ayer se ratificó ante el magistrado.

Según el estudio aportado al juzgado, el único mensaje de Whatsapp enviado por María del Carmen Martínez el día del crimen fue a las 15.30 horas. En las pruebas realizadas con un terminal idéntico a la de la víctima, se constata que hay registros de transmisión de datos que no se producen como consecuencia de la interacción de una persona. En el interrogatorio de ayer no se entró en otros aspectos del informe, como son los referentes a las modificación de la agenda y a la supuesta desaparición de llamadas de las que hablaba la prueba de la defensa y que el perito de la acusación también atribuía a procesos automáticos del terminal.