La directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, la alicantina María Blasco, dedica su vida a frenar el envejecimiento para poder retrasar o curar enfermedades asociadas a este proceso como el cáncer, la fibrosis pulmonar, las enfermedades cardiovasculares o la diabetes. Si lo consigue desataría la segunda revolución biomédica tras el control de las enfermedades infecciosas.

El impacto, además de la vertiente humana, no sería banal en el ámbito socioeconómico ya que según alertó, un tercio de la población española será mayor de 65 años en 2050. La idea no es que vivamos más de 120 años sino alargar la vida sin enfermedad.

«La causa común de las enfermedades citadas es el proceso de envejecimiento y eso es lo que tenemos que atacar», explicó la científica. La causa molecular del envejecimiento es la erosión de las estructuras de los telómeros, esenciales para la vida y que se van desgastando y acortando a lo largo de la vida.

De hecho, Blasco comprobó que quienes tienen los telómeros cortos tienen mayor riesgo de sufrir las enfermedades asociadas al envejecimiento. Tras el descubrimiento de la enzima de la telomerasa en 1985, capaz de revertir el acortamiento telomérico, Blasco comenzó a investigar estrategias terapéuticas en ratones y sus resultados son muy esperanzadores. Con un solo tratamiento los ratones retrasaban la aparición de patologías.

«Al frenar el envejecimiento también se frena el cáncer», concluyó Blasco. Y al inducirles la fibrosis pulmonar, la mitad de los tratados con telomerasa se recuperaron mucho antes.