Isabel Moya es en la actualidad jefa de servicio de Radiodiagnóstico en los hospitales del Vinalopó y Torrevieja y se presenta a las elecciones con un doble objetivo: mejorar la gestión del colegio y devolver a los médicos los derechos que, a su juicio, se han perdido.
¿Por qué ha decidido presentarse a las elecciones para presidir el Colegio de Médicos?
El compromiso y la implicación, junto con los compañeros de candidatura, para ser la voz de un sector del colectivo médico alicantino que tiene el sentimiento desde hace tiempo de que el Colegio de Médicos es una corporación sin utilidad. Muchos médicos pensamos que es una institución con una colegiación obligatoria -y no lo vamos a poner en duda- pero que no tiene contraprestaciones. Hay que acabar con esta percepción y para ello proponemos un cambio tanto en el estilo de gestión y liderazgo como en el de contenido de los proyectos a impulsar.
¿En qué propuestas se traduce esto?
Tenemos propuestas concretas divididas en dos partes. Una es cambiar o mejorar la gestión de la corporación en sí misma. El Colegio de Médicos necesita una gestión transparente y eficiente. Hay una serie de empresas que están vinculadas al colegio y pensamos que más que un beneficio pueden resultar una carga para la cuota que pagamos. Las prestaciones son limitadas, no están abiertos los horarios de tarde, el gabinete jurídico debe ser potente, el Palacio de Congresos está infrautilizado. Otra parte de nuestras propuestas se basan en cambiar el rol que el colegio tiene para representar los intereses de los colegiados y por ende de los ciudadanos.
¿Qué papel juega el colegio en este aspecto?
Tiene un rol pasivo. Una gran parte del colectivo piensa que es pasivo, partidista e imparcial. El colegio tienen que tener una postura centrada en los intereses del colegiado independientemente del interlocutor que tenga delante.
¿Cómo se encuentra en estos momentos la profesión médica en la provincia?
La profesión médica está castigada. Lo primero que tiene que hacer el colegio es aunar los intereses de la profesión como tal. El colectivo médico es dispar. Tenemos intereses diferentes según si trabajamos en la pública, en la privada o en las concesiones, pero el colegio debe ser el nexo de unión de todos. Lo primero es transmitir la pertenencia al Colegio de Médicos. En segundo lugar, hay que conseguir que no nos sintamos asalariados. Los médicos hemos perdido liderazgo y protagonismo en lo que nosotros valoramos como calidad asistencial. Estamos muy presionados por las administraciones y por la sostenibilidad de los sistemas sin nada a cambio. Esto nos ha producido insatisfacción, pérdida de control y muchísimo desamparo.
¿Qué le van a exigir en este sentido a la Conselleria de Sanidad?
En primer lugar la convocatoria prometida de las oposiciones. Vamos a pedirle que se centre en la recuperación del salario, en el desarrollo de la carrera profesional. No vamos a defender que para el acceso a una plaza en una administración se exijan méritos que no sean de índole científica, como es el título de valenciano, que no aporta valor añadido a la atención de todos los pacientes. También un plan de formación que se adapte a las necesidades de cada uno de los colectivos y que las inversiones en los diferentes centros y departamentos sean ecuánimes y equitativas a la hora de distribuir recursos en la Comunidad y establecer normas de funcionamiento homogéneas.
¿Qué papel va a jugar el colegio con el tema de las reversiones?
Seremos imparciales en el sentido político. Nuestro papel es proteger los derechos de médicos y de ciudadanos. El colegio debe luchar para que las prestaciones sean las mismas.
