El porcentaje de mujeres en puestos directivos de las corporaciones tecnológicas es «prácticamente inexistente». El secretario de Estado para la Sociedad de la Información y Agenda Digital, José María Lassalle, denunció ayer esta realidad en el Foro Club INFORMACIÓN-Universidad de Alicante-Bankia ante políticos, empresarios, profesionales de las nuevas tecnologías y académicos.

En el encuentro, celebrado en el restaurante El Maestral, Lassalle se mostró muy crítico con la ausencia de mujeres al tiempo que reivindicó una transformación digital que no pierda de vista el humanismo y desgranó los cinco pilares en los que se asentará la estrategia de la Secretaría de Estado que dirige con el horizonte puesto en 2025.

«España lleva años aplicando políticas de género y ha conseguido concienciar sobre una estructura de machismo que debe ser combatida, así como importantes avances culturales y, sin embargo, en el ámbito tecnológico ha experimentado una involución», lamentó el también diputado en el Congreso. Como muestra dijo que hace 20 años había más estudiantes de ingeniería mujeres que hoy, síntoma en su opinión de que esta sociedad «no funciona bien». Además, puso de manifiesto que en el mundo de las start ups triunfan hombres mayores de 40 años, circunstancia que achacó al «proceso de aceleración de comportamientos machistas que migran del conjunto de la sociedad a los ámbitos de éxito porque se replican patrones que tienen que ver con la competencia, la visceralidad, la audacia o la asunción de riesgo para los cuales los roles femeninos están culturalmente inhibidos desde los 4 años». El secretario de Estado se mostró convencido de que el papel de la mujer en el mundo digital deben reivindicarlo los hombres porque «nos perdemos al 50% de la sociedad, con especial talento, creatividad y capacidad para dar una solución empática a los problemas».

Durante su intervención «Construyendo una España inteligente», Lassalle apostó por emprender una hoja de ruta digital capaz de construir una ciudadanía digital «sostenible y viable» fruto de una reflexión colectiva. «Vivimos momentos de lucidez científica y ceguera tecnosocial y revertirlo debe ser nuestra prioridad», afirmó.

El responsable de la transformación digital en España realizó un repaso por la situación actual. El último informe de cobertura de banda ancha indica que el 94% de los españoles dispone de cobertura 4G, el 90% tienen cobertura de acceso a internet de 10 megabytes por segundo y el 75% la velocidad de 30 megabytes por segundo. Además, Lassalle destacó el «gran avance» en el acceso y uso de internet en los últimos cinco años. Sin embargo, las competencias digitales de los ciudadanos siguen por debajo de la media europea situándose en el 53% cuando en la UE es del 56%. En 2016 más de la mitad de la población disponía de habilidades digitales básicas o por encima, lejos de los países más avanzados que superan el 75% de la población con estas habilidades, aunque superamos a Italia. Respecto a la integración de las economías digitales en las empresas España ha pasado de la posición 17 en 2014 a la 11 en 2017.

La estrategia que propone la Secretaría de Estado quiere avanzar en la formación de profesionales, la transformación digital de las empresas, la ampliación y extensión de los servicios públicos, el desarrollo de las redes de comunicación e infraestructuras de almacenamiento de datos y la seguridad y regulación de derechos y obligaciones en el nuevo escenario digital.

Así, según explicó Lassalle, esta estrategia se sostendrá en cinco pilares: la «Economía y la sociedad de los datos». Los datos, según consideró, son la «más valiosa materia prima que tenemos» por lo que es necesario potenciar el uso de las tecnologías del Big Data y la Inteligencia Artificial de manera que beneficien al tejido social y económico mediante mercados de datos y algoritmos. «Los ecosistemas 4.0» o propiciar la colaboración de agentes económicos y sociales para evitar que sólo unos pocos sectores se beneficien de la era digital. La idea es que los sectores más anclados en el mundo analógico se contagien de los digitales. Asimismo, se acometerá la modernizacón tecnológica de las administraciones públicas.

El tercer pilar será la «Regulación inteligente» para ordenar este «nuevo cosmos» con reglas «justas y equitativas» que garantizar la igualdad de oportunidades. También se abordará una nueva fiscalidad que evite la evasión de las grandes corporaciones internacionales, a la vez que tratará de clarificar la imposición para la economía colaborativa y la protección laboral de los empleados en los nuevos sectores. Asimismo garantizará la defensa de la competencia.

Las «Infraestructuras tecnológicas». Su desarrollo es imprescindible para garantizar la viabilidad de la transformación digital. El objetivo es la sociedad del gigabyte, que todas las instituciones públicas alcancen la velocidad de un giga. Y que todos los hogares rurales y urbanos lleguen a los 100 megabytes por segundo y una cobertura de 5G en zonas urbanas, carreteras y ferrocarriles. De hecho, el despliegue de fibra sitúa a España a la cabeza de los países europeos -la suma de Francia, Alemania e Italia juntos- y en 2020 el 94% del terriorio tendrá cobertura de fibra, pero en cuanto a las carencias en los polígonos industriales solicitó la ayuda de las comunidades autónomas. Y consideró que la presión de precios para el consumidor es baja en relación al servicio que se presta. En este apartado también entraría la ciberseguridad tras el auge de los ciberataques. Para Lassalle, el nivel de seguridad de España está por encima de la media aunque recordó que el blindaje total no existe como tampoco existe en el mundo analógico.

El quinto y último pilar es la «Ciudadanía y el empleo digital». Se trata de garantizar los derechos fundamentales de privacidad, seguridad, participación e igualdad, así como la protección de los menores en el entorno digital. También mejorar las competencias digitales para tener la capacidad de reciclarse ante la robotización del tejido productivo.

«Para que tenga éxito necesitamos el compromiso de la sociedad civil y del tejido empresarial, ya sea a través de enmiendas, sugerencias u opiniones», concluyó. Para ello hay que llevar el debate a los medios de comunicación, añadió. «La generación de los malestares que ha propiciado los populismos se basa en gran medida en la existencia de un populismo informativo», alertó Lassalle.

Preguntado por la posibilidad de desarrollar una Constitución digital, el alto cargo argumentó que para poder redactarla se necesitaría generar primero una «masa crítica de reflexión en la sociedad» porque, a su juicio, no se trata de trasladar los derechos analógicos, sino que la revolución digital dará pie a un nuevo catálogo de derechos al igual que ocurrió tras la revolución industrial. Citó por ejemplo el derecho a la desconexión, el derecho al olvido o el derecho a continuar siendo analógico mientras se es digital.

Por otra parte, Lassalle cree vital que la transformación digital la aborden personas maduras junto a «nativos digitales» juntos aprovechando los beneficios que puede aportar cada uno en una especie de pacto intergeneracional y aseguró que a los 80 años aún se puede llegar a la transformación digital.

Curiosamente el secretario para la Sociedad de la Información y Agenda Digital no ha sucumbido a Twitter al confesarse incapaz de condensar su pensamiento en 140 caracteres (o 280 ahora) y además consideró que «los hechos me han ido dando la razón».