Vivir en la única isla habitada de la Comunidad Valenciana conlleva numerosas limitaciones. La falta de servicios públicos, la provisión de alimentos básicos y los problemas de comunicación están a la orden de día. Cualquier nueva dotación o mejora de servicios puedo suponer grandes ventajas para los habitantes de la isla, por lo que descubrir que dispones desde hace casi 20 años de conexión por fibra óptica y no tener constancia de este servicio es, como mínimo, desmoralizador.

La perseverancia de la Asociación de Vecinos de Tabarca «Isla Plana» les ha llevado a confirmar que a la isla llega un cable de fibra óptica submarino, que sale de Santa Pola y que está operativo, posiblemente, desde finales de 1998. La presidenta de la asociación vecinal, Carmen Martí, recibió hace unos días la confirmación por parte de Iberdrola de que la compañía eléctrica dispone de este instalación. Como la empresa «no puede dar servicio de telecomunicaciones a particulares, ponemos a disposición de los operadores públicos dicho cable para que estos puedan ofrecer este servicio».

Hace un par de años, la Asociación «Isla Plana» comenzó a interesarse por este tema al indagar entre el recuerdo de los habitantes más veteranos de la isla, que recordaban como «unos buzos trajeron el cable hasta Tabarca». Buscando recortes de prensa, descubren como en septiembre de 1998 se publica que el Consell aprueba 135 millones para electrificar Tabarca e interconectarla a tierra con fibra óptica (INFORMACIÓN, 9 de septiembre de 1998). Ese proyecto, dotado con unos 810.00 euros, se ejecutó durante los meses siguientes y poco más se supo. Ni la administración ni las empresas operadoras intentaron explotar esa línea que iba a «facilitar y mejorar notablemente las condiciones de vida en Tabarca».

A la vista de estas suposiciones más que fundadas, la asociación vecinal pregunta en abril de 2016 al Ayuntamiento de Alicante por el proyecto de canalización de fibra óptica impulsado por la Generalitat en 1998. La respuesta del Consistorio, en junio de ese mismo año, asegura que «se desconoce y no se tiene ninguna información acerca de dicho proyecto por parte del Departamento Técnico de Comunicaciones, por lo que no es posible facilitar información alguna».

En julio de 2016, los vecinos volvieron a insistir en el tema, solicitando a la Concejalía de Movilidad «una nueva revisión de los expedientes de dicho proyecto». Y desde entonces, no ha habido contestación municipal.

Ahora, los vecinos ya saben algo de lo que el Ayuntamiento no es consciente: existe la ansiada instalación de fibra óptica y el paso siguiente es explotarla. Carmen Martí cree que es momento de «pasar a la acción». «El Ayuntamiento debe preparar la infraestructura y las operadoras, ofrecer unas tarifas asequibles para los vecinos», señala.

Hasta ahora, Tabarca tiene internet gracias pequeñas antenas de módem, que facilitan la conexión a los restaurantes y a los propios hogares. «Es dificultoso, se corta mucho la conexión que depende del satélite. Hemos perdido muchos años, en comodidad y en información, y tenemos los mismos derechos que cualquier vecino de Alicante a vivir con los servicios básicos imprescindibles». De lo que no se van a poder escapar los tabarquinos es que se tenga que levantar el empedrado para facilitar las conexiones con cada domicilio. En eso, no hay diferencias con los habitantes de la península.