La costa de Alicante rozará el límite con el bajo cero el próximo viernes al llegar a un grado de temperatura. El frío se prolongará durante toda la semana con una progresión descendente, y se alcanzarán los -4ºc en algunos municipios de la provincia. La cota de nieve se situará sobre los 400 metros, según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

En Alicante capital, la temperatura mínima decrecerá un grado por día a partir de mañana, cuando la más baja será de cuatro grados y la máxima de trece. A primera hora de la mañana, la probabilidad de precipitación será del 55% y a partir del mediodía del 65%. «Hasta el martes, el cielo estará nuboso o con intervalos nubosos, con probables precipitaciones, de nieve en el interior», explicó ayer el servicio de la AEMET en la Comunidad Valenciana.

Entre el miércoles y el viernes, las máximas ascenderán gradualmente y de forma diaria hasta alcanzar 14 grados. Al mismo tiempo, la mínima decrecerá hasta situarse en 1 grado al nivel de la costa. «A partir del miércoles es probable que con la disminución de la nubosidad se produzcan heladas, sobre todo en zonas de montaña y en puntos donde se mantenga el suelo nevado», añadió ayer el AEMET en la perspectiva meteorológica para la semana.

El manto blanco que ha cubierto Alicante seguirá en la provincia durante estos días si se cumplen las previsiones. La cota de nieve pasará de estar sobre los 1000 metros de hoy a los 400 el próximo viernes. La AEMET mantiene el aviso especial por nevadas

En Banyeres, el punto más alto de Alicante, mañana se llegará a -1ºc, una temperatura bajo cero que no se abandonará en toda la semana, según la tendencia más probable de la evolución meteorológica en los próximos 7 días. El miércoles, la mínima será de -4ºc.

Problemas en el transporte

Este temporal provocó ayer el retraso de trenes que llevan del norte del país hasta Alicante.

El Alvia procedente de Santander llegó con 45 minutos de retraso. Y a lo largo de la tarde, los trenes procedentes de Barcelona, ya fueran Talgo o Alvia, se anunciaban con retrasos de entre diez y quince minutos, algo más de tiempo de desfase que los trenes AVE que salían desde Madrid, cuya previsión de llegada estaba dentro de sus márgenes habituales. La acumulación de hielo obligó a trasbordar en León a los pasajeros del tren procedente de Gijón, quienes sufrieron un retraso de unos 45 minutos.