El martes dio a luz y ayer sábado realizó el examen de oposición que ha estado preparando durante años. En poco más de 80 horas, una aspirante a las pruebas de oposición convocadas por la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública ha pasado de Maternidad a un despacho de Dirección, ambos en el mismo Hospital General Universitario de Elche. Esta vez, el destino y la administración se han coordinado de forma positiva y en unos días, esta persona ha logrado superar dos de las pruebas más importantes a las que se ha sometido en su vida.

Las medidas impulsadas a finales de 2017 por la Conselleria, concernientes en facilitar los medios para que las mujeres embarazadas, aspirantes a una plaza de funcionaria en la sanidad pública valenciana, se comenzaron a aplicar ayer sábado en dos casos. Una embarazada de alto riesgo, con cuatro meses de gestación, acudió al Hospital de Sant Joan. Y en el General de Elche, otra chica pudo realizar el examen en una dependencia de Personal, bajo la supervisión de un representante de la Conselleria. A pocos metros de distancia, esperaba su marido, paseando con un carro que portaba a su hijo de cuatro días.

Arriesgarse o renunciar

Esta circunstancia no se hubiera producido años atrás, ya que una mujer embarazada o que acabara de dar a luz, o renunciaba a la oposición, o se tenía que desplazar hasta la ubicación donde se convocaba el examen.

Verónica (nombre falso para garantizar el anonimato de la aspirante en este proceso de oposición) es de Banyeres, vive en Elche y trabaja como interina en el Hospital General de esta población desde hace cuatro años. En 2016, la Conselleria convoca las plazas de su especialidad médica, y ella empieza a estudiar. En la primavera de 2017, se queda embarazada. La fecha prevista del parto es el 13 de enero, y cuando Sanidad anuncia que el examen será ese mismo día, «se me cae el mundo encima. Son pocas plazas para muchos inscritos. Y claro, o perdía la oportunidad y me quedaba fuera de la bolsa o me arriesgaba y me iba a València el día que debo dar a luz», asegura Verónica. Pero por suerte, el martes pasado empezó a tener contracciones, acudió al hospital y en cuatro horas, nació su hijo Pablo.

Hace meses empezó las gestiones con la Conselleria para notificar su situación, trámites que han acabado bien. «Me han facilitado mucho las cosas. No estoy al cien por cien y he dormido muy poco pero, por lo menos, he podido hacer el examen», explica Verónica, todavía con los puntos del parto y que esta semana, en lugar de repasar el temario, ha intentado dar el pecho a su hijo.

«Lo veo un paso bastante grande y un cambio a mejor. Sin esta oportunidad, hubiera tenido un hándicap importante con respecto a otros compañeros», afirma Verónica. Ahora puede respirar feliz por doble motivo.