El decreto de plurilingüismo que promovió el conseller de Educación, Vicent Marzà, con el respaldo de la totalidad del Consell y la férrea oposición del PP, de los padres de alumnos de centros públicos y concertados, y de sindicatos docentes como Anpe, CSI.F y USO, ha pasado a la historia.

El varapalo jurídico que recibió la normativa por el TSJ, cuyos magistrados suspendieron cautelarmente su puesta en marcha este curso, obligando a mantener en las aulas el mismo modelo plurilingüe que había y que aprobó el PP en 2012, ha sido determinante para darle el carpetazo final.

El pleno del Consell aprobó ayer la derogación definitiva del decreto que aprobó esta misma institución en enero de este año. A cambio Marzà, con el respaldo expreso de su grupo político, Compromís, de su socio de gobierno, el PSOE, y de Podemos, ha empezado a tramitar en Las Cortes una nueva ley para sustituir la norma suspendida cautelarmente, con la previsión de ponerla en marcha en el curso próximo.

El auto judicial puso el acento en los desequilibrios que el decreto introducía sobre la enseñanza del inglés y del valenciano, al supeditar la primera a tener más horas de valenciano; así como en la acreditación del inglés sólo para una parte del alumnado con más valenciano también.

Tras la suspensión, la única norma plurilingüe que ha introducido el Consell desde septiembre es el decreto-ley para niños de 2 y 3 años y solo para este curso, sobre el que también pende la decisión del TSJ de elevarlo ante el Constitucional, tras haberlo solicitado de nuevo la Diputación Provincial de Alicante gobernada por el PP.

El Consell sostiene ahora que «como consecuencia de la nueva ley en trámite en Las Cortes, y con el fin de racionalizar la ordenación jurídica del plurilingüismo, se hace conveniente proceder a la derogación del decreto de enero de 2017». Como filosofía del nuevo modelo de enseñanza en lenguas, Marzà mantiene que la nueva ley «aúna los objetivos de garantías de aprendizaje de las lenguas» para todos los alumnos, en valenciano, castellano e inglés, porque el modelo del PP «es un fracaso, los niños no acaban la enseñanza obligatoria con dominio de valenciano e inglés», subraya.