Nada. Un mes después de que el magistrado José Luis de la Fuente, instructor del proceso por el asesinato de María del Carmen Martínez, dictara una providencia en la que acordaba que se cotejaran los restos de ADN localizados en las vainas de los proyectiles disparados a la viuda del expresidente de la CAM con los de todas las personas presentes en el escenario del crimen la tarde/noche del 9 de diciembre del año pasado no se ha hecho nada.

El magistrado ordenó esta prueba a instancias del fiscal después de que se concretara que el ADN hallado en los proyectiles era de un varón sin coincidencias con el de Miguel López, único sospechoso del crimen y yerno de la víctima. Además de los empleados de Novocar, el negocio de automoción propiedad de la familia que regentaba Miguel López y en cuyo lavadero fue tiroteada María del Carmen, por allí pasaron clientes, sanitarios y agentes tanto locales como nacionales. Estos últimos ya se sometieron al cotejo, que dio negativo.

La Policía Científica precisa el lista de las personas a las que hay que tomar las muestras para poder citarles. Los resultados, en el mejor de los casos, pueden demorarse un par de meses.

El ADN de los proyectiles tampoco tenía relación alguna con el localizado en la mano izquierda de María del Carmen, asimismo masculino y sin coincidencias tampoco con el del sospechoso.

Contraseña

Queda también pendiente el acceso al móvil y al ordenador portátil de Miguel López después de que, tras no poder acceder los investigadores a los aparatos, entregara al juez la contraseña. Una clave en la que, aunque falta un dígito, facilitó el día que fue detenido el pasado febrero, dos meses después del crimen.