Los primeros datos elaborados sobre acoso escolar por la orientación sexual de los alumnos de la provincia entre los 14 y los 17 años de edad revelan que la mitad de todos ellos -el 55%- han presenciado alguna agresión física en el centro escolar por la identidad sexual de la víctima.

Diversitat, el colectivo LGTB (Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales) de la provincia, presentó ayer un avance de la encuesta realizada en cerca de un centenar de aulas de Secundaria a más de 1.200 alumnos, con motivo de la apertura de las VII Jornadas de Educación que la Federación estatal de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales celebra por primera vez en Alicante, en la sede de la Universidad durante todo este fin de semana.

Toño Abad, presidente del colectivo provincial, destaca además que hasta el 76% de los encuestados confiesa haber sido testigo de algún tipo de agresión a otros por su identidad de género, teniendo en cuenta que «el aislamiento y el insulto son las formas más comunes de violencia» por este motivo.

También llama la atención sobre el hecho de que uno de cada tres alumnos confiesa haber ejercido este tipo de agresiones contra otros compañeros por su condición sexual

Víctimas

Los datos preliminares facilitados a INFORMACIÓN revelan además, desde el punto de vista del 11% del alumnado que se declara «homosexual, bisexual o de otras orientaciones sexuales», que hasta en el 81% de los casos han sufrido violencia física o verbal de forma directa por motivo de su orientación sexual.

Entre estos estudiantes LGTB, el aislamiento y los insultos copan el 72% de las agresiones de que son objeto; otro 44% dice haber sufrido violencia física en alguna ocasión y un 29%, casi uno de cada tres, que sufren violencia física continuada, lo que ya implica un bullying en toda regla.

El sufrimiento que generan estas situaciones ha llevado a un 36% de estos jóvenes a pensar alguna vez en el suicidio, e incluso un 8% de ellos dice «haberlo intentado una vez». Toño Abad subraya que estos alumnos no se sienten seguros en el aula, que llegan a percibir su instituto como un «lugar de exclusión» y que es necesario y urgente «cambiar esta situación porque el odio se sigue ejerciendo con total impunidad y se debe buscar el equilibrio entre la protección a la víctima de acoso y la recuperación del agresor desde una perspectiva integradora, nunca punitiva».

Formación

Llegados a este punto, entra en acción la labor formativa desde Diversitat, que en tan solo un par de meses, este mismo curso, ha instruido ya a 400 profesores de Elda, Elche, Orihuela, Alicante, San Vicente del Raspeig y Alcoy -entre otras localidades- para que sepan trabajar en las aulas cualquier tipo de diversidad. «De esta forma se trabaja el respeto y el entorno seguro más próximo al alumnado. Acompañar solo a la víctima no es suficiente, eso es un parche», aclara Abad.

Los docentes formados son capaces de detectar «casos no visibles porque la víctima no tiene a quién acudir». Los coordinadores de igualdad y convivencia han sido los primeros que ha formado Diversitat, y 200 profesores más el curso pasado. Junto a la labor coordinada con los Cefire o centros de formación del profesorado, se quiere llegar a todos los docentes y visibilizar esta realidad.