Técnicos municipales han revisado esta mañana a primera hora los cuatro ficus que hay en la plaza de Gabriel Miró después de que la caída de una rama obligara a cerrar anoche buena parte de la plaza. Los técnico han determinado, tras inspeccionar los árboles, que éstos se encuentran en perfecto estado de salud y que la rama que se desprendió estaba seca.

En este sentido, desde el Ayuntamiento señalan para el próximo lunes estaba programada una poda de las ramas secas, revisión y limpieza de los cuatro ejemplares en la Plaza de Gabriel Miró, que se ha adelantado a hoy con motivo del desprendimiento producido ayer, y los trabajos está previsto que finalicen el próximo martes. Durante los días que se prolonguen los trabajos, un tercio de la plaza permanecerá precintada.

El programa de poda de las ramas secas, revisión y limpieza de los ficus de la ciudad está programado para los meses de noviembre y diciembre, y la pasada semana se realizó la poda y revisión en los árboles del Parque de Canalejas, y se continuará con estas labores hasta final de año en toda la ciudad.También se revisan los ejemplares que hay en el Portal de Elche y los ubicados a la entrada del ascensor que sube al Castillo.

Según los expertos, la poda es el único método de prevención de este tipo de incidentes, sobre todo en este tipo de árboles, muy viejos y con un gran volumen y peso en su copa.

La rotura del árbol de la plaza Gabriel Miró se produjo sobre las cinco y media de la tarde sin que nadie resultara herido.

Unidades de los Bomberos y de la Policía Local procedieron a acordonar la parte de la plaza afectada como medida de precaución para evitar el paso de los viandantes, concretamente la zona que linda con la calle Manero Mollá, afectando a dos de los veladores de los bares que se instalan en la plaza.

No es la primera vez que se desploma un árbol en la ciudad, parcial o totalmente. Hace tres años, técnicos municipales revisaron todo el arbolado de Alicante de plazas y jardines y determinaron que más de 26.000 palmeras y árboles tenían riesgo de caída debido sobre todo al calor y a la sequía , que causa estrés hídrico en las plantas.

Uno de los sucesos más graves se produjo entonces cuando una palmera se desplomó sobre un coche en Juan Bautista Lafora y otra destrozó una farola en el Panteón de Quijano. Además, no son raras las caídas de ramas y parte de los árboles. En el pasado febrero, por ejemplo, un ficus de gran porte y peso del Paseíto de Ramiro se derrumbó a consecuencia de una racha de vientos fuertes.