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La encrucijada de las tecnologías

La comunidad educativa celebra el Día del Maestro con el reto de aunar en el aula nuevas tecnologías, valores sociales y factores emocionales

Aula de un instituto de la provincia en la que los alumnos trabajan con tablets. ISABEL RAMÓN

En el Día del Maestro los propios docentes, y aún los padres de alumnos, reclaman a la administración que les dote de las herramientas formativas que precisan en el siglo XXI para acompañar en su aprendizaje a los trabajadores del mañana. No obstante, científicos de la enseñanza, como el catedrático Juan Luis Castejón en la Universidad de Alicante, abren una incógnita sobre la calidad que aportan las tecnologías a la educación, «hasta ahora no han demostrado del todo su influencia en la calidad de la enseñanza».

En cualquier caso, no actúan aisladamente. Se deben interrelacionar, -añade este investigador- con el aprendizaje de los valores sociales y la necesidad de desarrollar los aspectos emocionales del alumno. Es el reto de la labor de los pedagogos de hoy para formar la sociedad del mañana. «Doña Carmen les dijo a mis padres que servía para estudiar, si no mi destino hubiera sido el campo», añade Castejón en homenaje a su maestra.

También Aaron Asencio se dedicó a la docencia y hoy, desde su colegio en Novelda, figura entre los cien mejores profesores del mundo en el uso del modelo flipped learning (dar la vuelta a la enseñanza en el aula). «Hay que ponerse al día constantemente y tener en cuenta las nuevas tecnologías y las emociones del alumno», coincide. Apuesta por personalizar la educación y aprovechar al máximo el aula para fomentar la colaboración de forma que ningún alumno quede descolgado.

En resumidas cuentas, poner el acento en el trabajo en equipo y las habilidades sociales, en las que los alumnos de la Comunidad, como tampoco los del país en su conjunto, no llegan a la media europea según los últimos resultados de PISA -el programa internacional que mide el rendimiento académico, aunque las chicas salgan mejor paradas.

Los representantes sindicales del profesorado consideran este fracaso escolar como uno de los más graves problemas de nuestra sociedad y proponen a los responsables políticos que den alas de verdad a los centros para que, en uso de su autonomía, refuercen lo que necesita cada alumno desde el momento en el que se detecta, como apunta Pepe Gil desde UGT.

Revertir los recortes sufridos en la enseñanza pública figura en la mochila de todos los sindicatos «porque la labor docente es una de las bases del estado del bienestar y queremos enseñar mejor», aprecia Roberto Romero desde CC OO. Marc Candela, del STEPV, pide por su parte al Consell, una campaña específica de dignificación de la labor docente, «porque no se le considera como toca».

Es otra de las batallas pendientes en la que coincide el resto de la comunidad educativa, la consideración social del maestro. Los representantes de los padres sostienen que hay que prestigiar el valor del docente como columna vertebral de la sociedad del mañana, como apunta Ramón López, por Covapa. Coincide en que el magisterio como institución no pasa por sus mejores momentos, y que « necesitamos prestigiarla entre todos», sin olvidar una mayor formación docente, mejor sueldo y plantillas más estables».

Francisco Pacheco, presidente de la Confederación de padres Gonzalo Anaya,también cita la necesaria formación continua del docente, y que «su figura debe respetarse por el bien delos hijos».

A modo de conclusión, el portavoz de los directores institutos de la provincia, Toni González, afirma que desde el aula se es consciente de la evolución del sistema de aprendizaje hacia nuevas metodologías, así como de la «gran tarea que tienen los docentes en sus manos», a quienes Noa -estudiante de Secundaria- y Hugo, de Primaria, coinciden en considerar como «unos segundos padres, que te ayudan mucho».

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