? El municipio castellonense de Vinaròs seguía ayer consternado por el asesinato de Katherina W., de 35 años, por parte de su expareja. Sus vecinos no daban crédito a este suceso, teniendo en cuenta que tras la ruptura la mujer se refugió en la residencia de sus padres en la costa vinagrones, y nada hacía presagiar que Marcel K., de 40 años, hiciera miles de kilómetros para perpetrar el crimen. El restaurante que regenta la familia de la mujer fallecida seguía ayer cerrado mientras los vecinos apenas tenían aliento para hablar del suceso. «Es gente normal, trabajadora», decía un ciudadano.

Vinaròs siguió ayer de duelo oficial. El alcalde, Eric Pla, decretó un día de luto y se suspendieron los actos programados con motivo de la fiesta de Santa Catalina, así como el encendido de la iluminación navideña.