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Batas blancas contra los malos tratos

Médicos y enfermeros son en muchas ocasiones los primeros en detectar un episodio de violencia de género

Enfermeros, médicos y parte de la dirección del Hospital de Sant Joan con su gerente, Beatriz Masa, tercera por la derecha, a la cabeza. isabel ramÓN

Son en muchos casos quienes mejor conocen a las familias y lo que ocurre de puertas para dentro en el hogar. Por este motivo, los médicos y enfermeros tienen un papel esencial a la hora de destapar casos de violencia doméstica. Sólo en el último mes han hecho aflorar 190 episodios de malos tratos en la Comunidad. Y es que en mayor o menor medida casi todos estos profesionales, especialmente quienes trabajan en atención primaria o en los servicios de Urgencias, tienen a sus espaldas algún caso en el que se han topado con una mujer que ha sufrido malos tratos. Y de su memoria no lo pueden sacar fácilmente.

Le ocurrió a Montse Angulo, matrona, quien durante una noche de guardia en Urgencias atendió a una mujer embarazada aquejada de un fuerte golpe en la barriga. La chica iba acompañada de su pareja «y cuando casi se estaba marchando por la puerta, después de comprobar que el feto estaba bien, nos dijo que él le había agredido. Estaba muerta de miedo y en un principio no quería decir nada. Llamamos a la Guardia Civil y lo detuvo».

Muchas horas en Urgencias también ha pasado Beatriz Massa, gerente del Hospital de Sant Joan y médico especialista de Medicina Interna. En su memoria tiene grabado el día que ingresó en el Hospital de la Marina Baixa una mujer cuyos hijos acababan de ser asesinados por su ex marido. «Ella había ido a buscarlos a casa de él durante un permiso de fin de semana y en ese momento los mató. Cuando llegó la mujer al hospital no sabía aún que sus hijos habían fallecido. Fue muy duro porque había que gestionar la información y ver cómo comunicarle la noticia en un momento además en el que la norma aún no estaba muy desarrollada».

A comienzos del año pasado la Conselleria de Sanidad puso en marcha un programa para concienciar a los médicos y las enfermeras para que hagan en sus consultas una búsqueda activa y rutinaria de posibles casos de violencia machista, preguntando a las pacientes sobre cuál es la situación en casa o buscando otros indicios que puedan revelar un episodio de malos tratos. El objetivo del programa es sacar a la luz casos que hasta el momento estaban pasando desapercibidos y de esta forma incrementar el número de denuncias que parten desde los centros de salud. Y es que las consultas de los médicos y enfermeros de atención primaria son la puerta por la que accede la mujer al ámbito sanitario y la ocasión para destapar estas situaciones.

Lo sabe bien Loreto Cruz, coordinadora de Enfermería en el centro de salud de Juan XXIII. «Yo he tenido alguna paciente que me ha llegado a decir que su marido le pega porque ella le pone nervioso o que le pega poco porque le quiere». Ante estos casos en los que la violencia está tan interiorizada es difícil cambiar las cosas. «Les intentamos sensibilizar, pero es complicado porque ellas no quieren actuar. Entonces hablamos con el trabajador social y tratamos de que él medie», explica Cruz.

Pero la violencia doméstica no sólo se ceba con aquellas personas de estratos más pobres, es una lacra que no conoce de clase social. Ramón de Juan es médico de familia en el centro de salud Cabo Huertas y explica que en su centro se han dado casos de presentarse el marido a pedir explicaciones al médico después de que éste le haya preguntado a su mujer, de manera rutinaria, cómo es la convivencia en casa.

Porque muchas veces los malos tratos no dejan una huella evidente, por lo que el profesional debe estar atento a otro tipo de señales. «A veces ves que la mujer frecuenta mucho la consulta por distintos motivos o viene acompañada siempre de su marido y éste apenas le deja hablar.... son cosas que debes anotar en la historia clínica para poder abordar el tema con la mujer en un momento adecuado», afirma De Juan.

Para la gerente del Hospital de Sant Joan es ahora cuando los médicos empiezan a estar más sensibilizados frente a la lacra de los malos tratos. «Hasta ahora hemos estado muy sensibilizados en el aspecto bio, pero hay que implicarse en otros ámbitos». En la actualidad, añade Massa, «hay herramientas normativas, de información y protocolos al alcance de los médicos y enfermeros, pero sin la sensibilización del colectivo es imposible llegar a estos casos»

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