La muerte esta semana de un can que se escapó del parque para perros situado en la avenida Locutor Vicente Hipólito ha reanimado las quejas que los vecinos llevaban realizando desde hace meses sobre el mal estado del espacio. El animal se salió por un agujero en el vallado con la mala fortuna de que el TRAM pasaba por la vía en esos instantes. La exconcejala de Protección Animal, Marisol Moreno, asegura que trasladó las quejas que recibió hace meses por parte de los usuarios a la concejalía de Parques y Jardines, hasta esta semana bajo la batuta de Víctor Domínguez, quien por su parte aventura que «lo más normal es que se arreglaran los desperfectos en su momento, pero que se hayan vuelto a producir». Gloria Vara, la nueva concejala de Parques y Jardines, explica por su parte que considera de «carácter urgente» este asunto y asegura que ya ha mandando revisar la zona para comenzar las reparaciones mañana lunes.

Jorge y Cristina entregaron un escrito en la Oficina de Sugerencias y Reclamaciones del Ayuntamiento a fecha de 31 de octubre. En él, como vienen haciendo desde hace más de ocho meses los usuarios del espacio habilitado para el paseo de perros en la Playa de San Juan, denunciaron las condiciones del parque. «La fuente instalada en el recinto no funciona, el espacio lleva sin limpiarse desde que se abrió, hay fugas de agua y la puerta de acceso es insegura porque los perros pequeños se pueden colar por debajo», enumeraban en la queja. Apenas quince días después, esta misma semana, su husky de temprana edad estaba jugando con otros canes cuando se coló por uno de los agujeros del vallado que da a las vías del TRAM. Uno de los trenes pasó en ese momento y lo embistió, causándole lesiones irreparables que llevaron a los profesionales médicos a decidir sacrificarle.

«Fui a la zona y le escuché aullando porque quería volver a entrar, pero yo no podía ayudarle porque acceder a él me era imposible por las cañas que habían allí. En ese momento, con muy mala fortuna, pasó el tranvía», cuenta muy afectada Cristina Rodrigo, dueña del animal.

El parque canino abrió sus puertas en febrero de 2017 cuando el Ayuntamiento hizo una inversión de 150.000 euros para habilitar siete zonas para mascotas en Alicante. Un mes después, este diario hacía públicas las críticas de los usuarios del parque de Vicente Hipólito, quienes aseguraban que el recinto estaba «como sin acabar». Al día siguiente, el Ayuntamiento lanzó un mensaje tranquilizador explicando que efectivamente estaba «sin acabar y en plena reforma».

«Vino la Policía al parque para ayudarnos y también nos acompañó a la clínica veterinaria. Nos tomó todos los datos y nos dijo que fuéramos para adelante con la denuncia, que lo teníamos ganado sí o sí porque, y ellos mismos lo decían, el parque no estaba en condiciones», cuenta Cristina.

Actuación política

Marisol Moreno, concejala de Protección Animal hasta esta misma semana, explica que pasó en su momento las quejas de los vecinos a la Concejalía de Parques y Jardines y dio la orden de que se reparara. Víctor Domínguez, por entonces concejal de Parques y Jardines, no está sin embargo demasiado seguro de cómo acabó el asunto: contestó a este periódico que la orden para estas reparaciones «estará dada» y que «lo más normal es que se arreglaran en su momento».

Gloria Vara, quien esta semana ha asumido las competencias de la Concejalía de Parques y Jardines tras la salida de Guanyar del equipo de gobierno, se mostró sorprendida al ser consultada por este diario en relación a esta problemática y explicó que le parecía urgente la actuación para reparar la zona. «Los técnicos me informan de que se tenía pendiente hacer una reparación, pero hay que hacerlo ya», añadía Vara al día siguiente de conocer las quejas de los vecinos.

La concejala solicitó el viernes que una empresa se trasladara hasta el espacio para elaborar un informe con el objetivo de «conocer en qué consiste la reparación». Poco después informó de que los cambios ya tienen fecha: «Van a empezar los trabajos mañana lunes. Vamos a poner una verja más fuerte, se van a cimentar las esquinas para evitar holguras por las que se pueden colar los perros pequeños y se va a poner una doble puerta de entrada para mayor seguridad».