Nueve meses después de que le fueran intervenidos los dispositivos electrónicos a Miguel López tras ser detenido por el asesinato de su suegra, la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala, la Policía ha comunicado al juzgado la imposibilidad de acceder al contenido de su móvil, de su ordenador portátil y de una de sus tablets.

Pese a las dos intentonas en el caso de los dos últimos aparatos (para la segunda se contó con unos medios que se adquirieron exprofeso, motivo por el que se demoró la prueba aunque tampoco fue posible obtener dato alguno) la Brigada provincial de la Policía Científica Informática Forense de Valencia ha tirado la toalla. O bien no tiene el código que permite el encendido completo (en el caso de la tablet) o los datos a los que se accede están encriptados o borrados (como ocurre con el móvil y el portátil), según el informe remitido al juzgado de Instrucción número siete que investiga este asesinato al que también se hace saber que ese grupo «no dispone de otros medios» para extraer la información.

Los aparatos fueron incautados el 8 de febrero, dos meses después del crimen, cuando Miguel López fue arrestado como único sospechoso. Ese día, la Policía le detuvo y registró tanto su domicilio (ubicado en la misma finca donde también vivía la víctima y el resto de la familia) como el negocio de automoción que regentaba, a donde María del Carmen Martínez había ido a recoger su coche y recibió los dos disparos en la cabeza que acabaron con su vida.

En ese registro los agentes requisaron para su análisis dos tablets, dos ordenadores de mesa, un portátil y el móvil del sospechoso (todos marcha Apple), así como dos discos duros externos, vinculados todos ellos al yerno de la fallecida.

«Ni contactos, ni navegación»

El informe enviado por la Policía al magistrado José Luis de la Fuente recoge que del móvil de Miguel López se extrae «la información visible en el terminal» pero no se ha podido hacer lo mismo con «los contactos, registros de llamadas, SMS, MMS, calendario y datos de navegación ya que se encuentran cifrados, así como tampoco ha sido posible realizar una extracción de la información que se encuentra borrada, así como de aplicaciones de mensajería instantánea», señala el perito. El terminal «dispone de una tarjeta nanoSIM (...) la cual se encuentra protegida por un código PIN el cual se desconoce», apunta.

Mejor suerte no han corrido los investigadores en cuanto a una de las tablets y al ordenador portátil. En el primer caso se precisa que «no se dispone del código de bloqueo que impide su encendido completo». En el segundo, «la información se encuentra cifrada».

Sí se ha podido acceder, por contra, a los datos de los dos discos duros externos, de los dos ordenadores de mesa y de una de las tablet, aparatos en los que, según se precisa en el informe, «no se ha localizado información relativa al objeto del informe», es decir, a la investigación del asesinato.

Tarjeta prepago

El análisis realizado de la tarjeta prepago que el sospechoso compró días después de una turbulenta junta de socios de los negocios de los Sala, la última a la que asistió María del Carmen, no es más esclarecedor. En un informe enviado al juzgado hace ya varias semanas, los investigadores relataban que había registradas llamadas a dos números que en la actualidad pertenecen a dos ciudadanos de origen árabe residentes uno en Girona y otro en Almería, sin que pudieran concretar tan siquiera si cuando se realizaron las llamadas los titulares eran los mismos.

Se citaba además un número fijo de Madrid, del que tampoco se aportaban más detalles, aunque bastaba con buscarlo en Internet para concretar que se trataba de un teléfono de publicidad. Entre el 11 de noviembre y el 15 de diciembre, seis días después del crimen, esa tarjeta no tuvo actividad alguna.