Los comerciantes y hosteleros de la Explanada reclaman al Ayuntamiento que posponga la obra que se quedó pendiente en el paseo lateral hasta el otoño de 2018 para que su actividad económica no se vea mermada. Los negocios del emblemático paseo en el tramo entre la Rambla y Canalejas están preocupados porque la reforma pudiera iniciarse en primavera o verano, temporada alta de su actividad, y no les importa esperar más, ya que han transcurrido dos años largos desde que se levantó el paseo entre la Rambla y la plaza del Mar para eliminar baches y agujeros. Ese tramo luce nuevo y con uniformidad en sus veladores, más atractivo para el turismo. Nada que ver con el que quedó pendiente, donde el pavimento que conserva las viejas teselas granates está lleno de grietas y hundimientos que provocan tropezones y caídas.

Desde que se reformó la primera mitad del paseo, cuando aún gobernaba el PP, los negocios que están en la otra mitad -una veintena- no habían sabido nada de cuándo les tocaría a ellos. Ahora, cuando el tripartito se desintegra con la marcha de Compromís y Guanyar, la Asociación de Locales de Ocio y Restauración ha recibido una llamada de Alcaldía, en manos del PSOE, para concertar una reunión con los comerciantes y hosteleros, y profundizar en el proyecto y en las fechas.

«Hay un proyecto para remodelar el paseo lateral que quedó pendiente, entre la Rambla y Canalejas, en la parte más pegada a las fachadas, donde hay un problema de cimientos. La red de saneamiento es muy antigua, lo mismo que el pavimento. Nos han dicho desde el Ayuntamiento que quieren acordar con nosotros la dinámica de los plazos de la obra, porque no es lo mismo que la hagan en octubre que en verano», explica Javier Galdeano, presidente de la Asociación de Locales de Restauración y Ocio (Alroa).

Los negocios afectados preguntarán por los proyectos de peatonalización de la avenida de Constitución y Bailén, que están incluidos dentro de las inversiones sostenibles para 2018. Consideran que si se cierran al tráfico no tiene sentido mantener el cuello de saco donde dan la vuelta los autobuses y que corta el paseo, por lo que reclamarán al Ayuntamiento que elimine esa zona y dé prolongación al paseo buscando alguna fórmula estética para las rejillas de evacuación de pluviales «que tanto afean». «Hay cierto mosqueo porque en la otra parte tienen un modelo uniforme de pavimento (en color crema), de toldos y maceteros, y parece que la Explanada se corta a la altura de la Rambla. De hecho, la afluencia es mucho menor en los locales de este lado cuando vienen los cruceristas y pagan los mismos impuestos». Aunque no se ha hablado aún de presupuesto, la reforma del primer tramo del paseo costó más de 800.000 euros.