«Bastante llevo sufrido, y lo que me queda. Todo esto me ha dejado muy tocada». Así se siente Catalina Rodríguez, funcionaria interina del Ayuntamiento y cuñada del portavoz popular, Luis Barcala, quien fue despedida por el alcalde a raíz de que el PP denunciara ante Fiscalía, el pasado abril, el fraccionamiento de contratos en la Concejalía de Comercio.
La interina, que en mayo fue readmitida por Recursos Humanos, no quiso valorar ayer que un juzgado de Alicante haya llamado a declarar para el 24 de noviembre al alcalde como investigado - antes imputado- por su despido. «No he abierto la boca para nada. La denuncia partió de unos vecinos», dijo la trabajadora del área de Cultura sobre la actuación de los representantes vecinales, José María Hernández Mata y José Luis Valdés, quienes denunciaron su despido en Fiscalía al entender que detrás de la actuación del primer edil podía haber una represalia. El fiscal decidió enviar al juzgado la denuncia contra Echávarri -y contra el edil de Recursos Humanos, Carlos Giménez- al encontrar indicios de prevaricación administrativa. Ella, por su parte, descarta personarse en el procedimiento.
Catalina Rodríguez fue despedida, según el decreto de Recursos Humanos, por haberse cumplido el objetivo por el que se le contrató, que fue la preparación de la apertura del Museo de Arte Contemporáneo (MACA) y del centro cultural Las Cigarreras. Después la trabajadora del área de Cultura fue readmitida.
«Sólo quiero dedicarme a mi trabajo, la justicia dirá lo que tenga que decir. Soy una afectada pero no soy juez, no puedo hacer valoraciones. Las cosas que vayan como tengan que ir. No le deseo el mal a nadie. La justicia tendrá que hablar en función de las denuncias que se han hecho».
Catalina Rodríguez abundó en que «no hice nada para que se me despidiera ni para que denunciaran al alcalde, y no voy a juzgar a nadie porque no soy juez. Sólo quería que no se hablara de este tema y está pasando todo lo contrario».
