Quién le iba a decir al hasta ayer portavoz del tripartito de Alicante, Natxo Bellido, que aquello de lo que se le ha acusado a lo largo de la legislatura, es decir, ponerse de perfil en la acción de gobierno, le iba a servir a la hora del adiós para usarlo a su favor. Bellido, cuyos socios tampoco hicieron mucho por liberarle de la etiqueta que le endosó la oposición, utilizó ayer hasta en tres ocasiones esta expresión para reclamar al PSPV que intervenga y fuerce el relevo en la Alcaldía de Alicante. Fue una especie de «SOS» que Bellido lanzó poco después de dejar el gobierno local junto a sus compañeras de Compromís, las concejalas Sonia Tirado y María José Espuch.

«El PSPV se ha puesto de perfil en la crisis del Ayuntamiento de la segunda ciudad más importante de la Comunidad y no pueden seguir así. Alicante no se merece, ni la ciudadanía en general ni la que votó el cambio, que el PSOE, a nivel local y a nivel autonómico, no asuma su responsabilidad. No es tolerable», dijo Bellido tras la negativa del alcalde socialista Gabriel Echávarri a dimitir, como le exigían sus socios de gobierno de Compromís y Guanyar para mantener un gobierno plural en Alicante al estar involucrado en dos casos judiciales. Más bien al contrario, el regidor se aferra a una numantina resistencia con un gobierno muy minoritario de seis concejales y una oposición de 23 una vez que la próxima semana se marche también Guanyar.

Los tres concejales de Compromís mantuvieron la compostura tras entregar en la Secretaría General la documentación que formalizaba la renuncia a las competencias de las que se han encargado desde junio de 2015. Lo hicieron media hora después de lo que habían anunciando porque el alcalde fijó su comparecencia de prensa a la misma hora, reventándoles el protagonismo. Tras Echávarri, hablaron el portavoz del PP, Luis Barcala; la portavoz de Ciudadanos Yaneth Giraldo; y también se les adelantó Guanyar. El vicealcalde Miguel Ángel Pavón se acercó desde la Concejalía de Urbanismo ante la demanda de los medios. Todo lo aguantaron estoicamente hasta que por fin Bellido explicó razones y sentimientos encontrados, respondiendo a todo tipo de preguntas a lo largo de más de veinte minutos, flanqueado por Tirado y Espuch.

«Fuimos decisivos en que Echávarri fuese alcalde y también en eso asumimos nuestra parte de responsabilidad. Pero creo que con mucho la opción de Compromís ha sido la que mejor se ha adaptado al gobierno del cambio, ha sido con mucho la opción que ha mostrado mayor lealtad institucional, y con mucho la que ha permitido que este gobierno siguiera. Tenemos nuestra parte de responsabilidad pero que cada palo aguante su vela y la nuestra es más pequeña que la de los demás», dijo el exportavoz del tripartito, quien además pidió perdón a quienes votaron a las distintas opciones de cambio en Alicante «porque seguro que también hemos contribuido a que no saliese como todos esperábamos. A la hora de abandonar el gobierno municipal hay que hacer autocrítica y ser responsables», señaló.

Y si está arrepentido de haber apoyado en su día a Echávarri como alcalde, no lo admitió en público porque, según dijo, era la lógica del acuerdo tripartito. «El más votado tenía la Alcaldía y es radicalmente falso que elegir a Echávarri tuviera que ver algo con los acuerdos de País Valencià», añadió en respuesta a las acusaciones de Guanyar, en boca de Pavón, que se han intensificado durante las últimas semanas.

Así las cosas, el que fuera compañero de Echávarri en tareas de gobierno considera que el alcalde se ha convertido con su actitud en el máximo problema de la ciudad, «y eso no puede ser porque hace que Alicante no funcione». «No se puede conducir a la ciudad ni al Ayuntamiento a la excepcionalidad democrática», abundó.

Bellido fue muy crítico con la idea de Echávarri de mantener la Alcaldía con el PSOE ya que está convencido de que gobernar Alicante a solas con seis concejales no cumple el mandato de las urnas. «Es traicionar la voluntad de la ciudad, que votó un cambio plural, con toda la izquierda compartiendo un relato común que no se va a dar», apuntó. Por esto, dio por «absolutamente roto» el pacto de refundación del tripartito que suscribieron días atrás PSOE y Compromís, y extinguidos los acuerdos adquiridos.

Posteriormente, y en un tono al que intentó infundir algo de esperanza, dijo estar convencido de que Echávarri finalmente dimitirá, «y en el momento en que las condiciones varíen nos pondremos a trabajar por recuperar la mayoría progresista plural».

¿Y qué alcalde quieren? Uno del PSOE. Y aunque Bellido no quiso confirmar que la deseada es Eva Montesinos, sí que fue categórico al descartar al también imputado Carlos Giménez, el ««protegido por Ángel Franco, el socialista que mueve los hilos del partido en la ciudad hace dos décadas. «Las cosas hay que hacerlas con sentido», dijo Bellido, para evitar que se repita lo que está pasando con Gabriel Echávarri.

¿Y el personal de confianza?

Una hora antes del momento previsto para entregar en Secretaría General la renuncia a las competencias de Compromís, Bellido subió hasta la misma planta, la cuarta del edificio nuevo del Ayuntamiento, pero en este caso para dirigirse a Alcaldía. Allí habló con el jefe de Gabinete, Lalo Díez, sobre el número de asesores con los que se quedará la coalición de izquierdas a partir de ahora, tras dejar el gobierno municipal.

Desde el inicio del mandato, Compromís tenía a sueldo a cinco asesores [unos 2.500 euros al mes brutos] y Bellido tanteó la posibilidad de mantener el mismo personal, pese a que los dos grupos de la oposición (PP, con ocho ediles, y Ciudadanos, con cinco) sólo tienen a dos personas de confianza. Desde Alcaldía, durante su consulta de ayer, se le ofreció continuar con los mismos asesores.

Minutos después, en su comparecencia pública, Bellido, al ser preguntado sobre la previsible pérdida de asesores tras dejar el tripartito, habló de que lo «normal» sería tener los mismos que el resto de grupos de la oposición. Y así será finalmente, ya que Bellido transmitió a Alcaldía que, pese a hablar de poder mantener los cinco asesores en un primer momento, finalmente renunciarán a tres y se quedarán con dos sueldos, previsiblemente a repartir entre tres personas.

Por su parte, los tres ediles se prevé que sigan con sueldo público, aunque falta por saber con qué porcentaje del total. Bellido es, a priori, el único que mantendrá su emolumentos actuales al continuar como portavoz de su grupo, aunque sea en la oposición.