La actividad náutica avanza con viento a favor en la Comunidad Valenciana. Si Alicante es Puerto de Salida de la competición de vela oceánica más importante del mundo, a pequeña escala, en cada club náutico, es constatable el incremento de alumnos de las escuelas de vela, de monitores y de licencias de practicantes de deportes náuticos. Sin embargo, los clubes, que no tienen ánimo de lucro, se quejan de la situación de precariedad en la que están trabajando, con doce de ellos pendientes de renovación de la concesión administrativa que les debe entregar la Generalitat.

Los clubes aseguran que los beneficios de su explotación «se destinan a fomentar el deporte náutico en diferentes especialidades, permitiendo que los deportistas mantengan una regularidad en sus entrenamientos durante todo el año y fomentando su participación en campeonatos nacionales, europeos, mundiales y olimpiadas». Quien sabe, si algún día, algún regatista alicantino participará en la propia Volvo Ocean Race.

En la Comunidad Valenciana existen 47 escuelas homologadas en los 25 clubes náuticos abiertos entre Castellón, Valencia y Alicante, más otras 5 escuelas en proceso de homologación. Veinticinco son de vela ligera, 16 tienen windsurf, y 5 kitesurf. Desde el año 2013 existe un incremento sostenido de usuarios, crecimiento que este año se ha fijado en un 10% con respecto a 2016. En lo que llevamos de 2017 se han registrado más de 6.500 federados con licencias de escuela y se han hecho más de 12.500 licencias de bautismos de mar (actividad de un día), lo que supone un aumento de casi el 15% respecto al 2016.

En opinión del gerente de la Asociación de Clubes Náuticos de la Comunidad Valenciana (ACNCV), Jordi Carrasco, que sea Alicante la ciudad de la que parte la Vuelta al Mundo a Vela sí favorece a los deportes náuticos. A su criterio, esta tendencia positiva se debe a dos elementos diferenciadores. «Uno se basa en que están cambiando los hábitos de consumo. Cuando un cliente va a una localidad a hacer turismo, quiere vivir las experiencias y las actividades que le permite esa localidad. La vela en un municipio con mar es muy importante y la gente quiere probar. Y dos, si se habla de vela a nivel prensa y medios, siempre puede favorecer que la gente le llame la atención y quiera probar esta actividad. Es verdad que es interesante que se hable de vela cuanto más mejor, y no digamos si se trata de toda una experiencia como la Volvo Ocean Race», explica Jordi Carrasco.

Los problemas llegan cuando los clubes critican que la Administración no cuida por igual el gran espectáculo que genera la competición de alto nivel y el deporte náutico base, el de formación y cantera que se presta en los clubes. «Es importante que la Volvo esté aquí, en Alicante, pero para la Generalitat sería mucho más interesante reforzar a los clubes por la labor que hacen», asegura Carrasco. Y aquí es donde aparece el quid de la cuestión: «Lo primero que tiene que hacer la Generalitat es permitir a los clubes que puedan permanecer en las concesiones administrativas con seguridad. El 50 % de ellos se encuentran en precario, y este hecho no ocurre en ninguna comunidad autónoma. Eso provoca una pérdida de competitividad. Estamos temiendo por nuestra supervivencia. La Generalitat debería dar una seguridad jurídica para que los clubes pudiéramos mantener las concesiones y fomentar la promoción deportiva que es su pilar fundamental», insiste el gerente de ACNCV.

En cualquier caso, Jordi Carrasco no cree que se trata de una cuestión económica. «Más que apoyar con dinero, que no es necesario, la Generalitat debe apostar por los clubes náuticos como gestor de instalaciones porque, al fin y al cabo, los clubes son polideportivos abiertos al mar. La Volvo sí, pero más interesante es la labor de base apoyando a la náutica. Hay que conocer la mar como se hace en otros países. Aquí vivimos de espaldas al mar», concluye el gerente de los náuticos.