El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, y el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, coincidieron ayer a la hora de poner en valor el impacto económico que supone para la ciudad convertirse, por cuarta edición consecutiva, en el puerto de salida de la Volvo Ocean Race. «Estos eventos tienen que ser rentables cultural, social y económicamente para la ciudadanía. El Consell apostó, pese a nuestras dificultades económicas, porque pensamos que es importante para Alicante y para la Comunidad Valenciana. Durante estos días, el centro neurálgico de la Comunidad estará en Alicante», destacó Puig en su intervención durante la inauguración del Race Village de la Volvo, que ayer abrió sus puertas en un acto con sabor alicantino [que tuvo desde Hogueras, Moros y Cristianos a fuegos artificiales] al que también asistió la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, junto a otros cuatro consellers (Vicent Soler, Manuel Alcaraz, Rafael Climent y Carmen Montón). También estuvo buena parte de la corporación municipal, salvo Guanyar, críticos con el Consell por destinar fondos públicos a la organización del principal evento de la ciudad durante este mandato. De hecho, Puig abrió su discurso recordando que ayer empezó, con la apertura oficial de las puertas del recinto portuario, «el gran acontecimiento de la Comunidad de todo este año».

Con todo, fue el alcalde el que puso directamente el foco crítico sobre Guanyar por su postura sobre la Volvo. «El presidente Ximo Puig, lejos de visiones paleolíticas de la política, siempre ha entendido lo que para Alicante y la Comunidad supone este evento», aseguró ayer Echávarri, en unas palabras que sonaron a un dardo directo contra la formación que lidera Miguel Ángel Pavón, que en los últimos días ha intensificado las críticas contra Echávarri, exigiendo su dimisión, por la investigación abierta por el presunto fraccionamiento de contratos. Pero las indirectas contra la marca blanca de EU no se quedaron ahí, hubo hasta tres reconocibles: «Me gustaría repetir que juntos somos más fuertes, que en momentos como éste hay que dejar de lado espurios intereses personales y mirar por el presente y futuro de todos, de absolutamente todos». Ahí, detrás de esas palabras también estaban los de Pavón, cuya única vinculación ayer con la inauguración del Race Village fue la firma de la licencia de apertura de las instalaciones, desde la Concejalía de Urbanismo, que se produjo apenas tres horas antes de que los alicantinos empezaran a acceder al recinto de la Volvo.

Pero la intervención de Echávarri no sólo giró en torno a sus socios de Guanyar, los más duros con su futuro desde que se abrió la investigación judicial, sino que también aprovechó para recordar la relación de Alicante con el mar y, sobre todo, para resaltar el impacto económico de la Volvo Ocean Race. «Su paso por nuestra ciudad, sólo en la última edición, con salida en 2104, reportó un beneficio económico de 60 millones de euros, con un impacto de 95 millones en la Comunidad Valenciana y un total de 115 millones en todo el territorio nacional», afirmó el regidor socialista, quien a esa altura de su discurso volvió a dirigir la mirada hacia la marca blanca de EU en el Ayuntamiento, en alusión directa a sus recientes críticas al Consell por destinar fondos públicos para la organización de la salida de la Volvo desde Alicante: «Con estos datos, y ahora que surgen algunas voces populistas interesadas y muy desinformadas por cierto, cuestionando la inversión realizada, Alicante obtiene tres euros de retorno por cada euro invertido y la Comunidad Valenciana, cinco. El retorno de cada euro invertido es infinito en cantidad y en el tiempo. Por eso sólo puedo reiterar mi agradecimiento a la Volvo Ocean Race por situar Alicante en el mapa internacional traspasando fronteras».

Por su parte, Puig, al margen de destacar la importancia en materia económica para la ciudad, además de la promoción turística, también resaltó el compromiso social de esta edición, donde hay un hueco destacado para causas como los refugiados o la limpieza de los mares. El jefe del Consell, con la vista puesta también en el futuro, abrió la posibilidad de que Alicante sea puerto de salida de la Volvo más allá de las dos ediciones ya comprometidas. «Esperemos que puedan ser más», aseveró Puig, que estuvo escoltado toda la noche por Echávarri, Oltra y el presidente de la Autoridad Portuaria, Juan Antonio Gisbert.

Entre los asistentes a la puesta de largo del Village de la Volvo, donde sí estuvo representado Podemos en la figura de la diputada autonómica Llum Quiñonero, resaltaron el presidente de la Diputación, César Sánchez; el alcalde de Elche, Carlos González; la presidenta regional del PP, Isabel Bonig; el presidente de la Cámara de Comercio, Juan Riera; el presidente del Instituto de Estudios Económicos de la provincia de Alicante (Ineca), Perfecto Palacio, junto a Luis Berenguer, del Gabinete de Presidencia de la EUIPO, entre otros destacados de una nutrida nómica de representantes políticos y de la economía alicantina.

Las miradas también se fijaron en la edil socialista Eva Montesinos, ya que ayer se conoció que una juez la investiga por presunto acoso laboral a una funcionaria municipal. Montesinos estuvo arropada por otros concejales socialistas, además de por el alcalde, que la saludó nada más bajarse del coche a las puertas de la Volvo.

Así, la situación que atraviesa el Ayuntamiento de Alicante, con la posible refundación del pacto de gobierno sobre la mesa o la ruptura del tripartito, fue uno de los asuntos de conversación entre los asistentes, más si cabe porque PSOE y Compromís hicieron un importante desembarco. Para Cataluña, por supuesto, también hubo espacio en los corrillos.