Trajes y jotas aragonesas se fundieron ayer con los cantos e indumentarias de vistosos coloridos de las diversas agrupaciones culturares iberoamericanas que festejaron unidos el Día del Pilar, patrona a su vez de la Hispanidad.

El Centro Aragonés de Alicante ha vinculado a las entidades latinoamericanas y de otros países en la organización de los festejos con los que centenares de personas alabaron ayer a la Virgen del Pilar.

El programa de actos arrancó en la terraza del claustro de San Nicolás, en la calle Labradores, con un festival folclórico y de música protagonizado por las entidades culturales latinoamericanas a las que acompañaron además el grupo de castañuelas de la Casa de Castilla-La Mancha.

La misa en honor a la Patrona de Aragón y de la Hispanidad, la Virgen del Pilar, reunió a las puertas de la Concatedral a los representantes de los distintos países en su acceso formal al templo tras el paso de las autoridades eclesiásticas.

Con motivo de la celebración religiosa, el Centro Aragonés propició, tras avisarlo con antelación, que representantes tanto de Alicante como de la comunidad aragonesa accedieran también al altar mayor para una ofrenda de flores conjunta.

Los aragoneses en Alicante, con sus trajes regionales, se volcaron con su patrona a la que dejaron centenares de flores en su día grande.

La ceremonia religiosa concluyó con una emotiva interpretación del tradicional himno de la Patrona de la Hispanidad en el interior de la Concatedral.

Hermandad

Las jotas aragonesas y los cantos de los participantes de otros países se sucedieron más tarde en el transcurso de la masiva y tradicional comida de hermandad, con la que culminó el programa de actividades en honor a la Virgen del Pilar.

Poco antes, al término de la celebración eucarística, el Centro Aragonés ofreció a todos los asistentes un vino de honor en el Claustro de la Concatedral, que incluyó el típico melocotón con vino al estilo de Huesca.