La intoxicación por histamina no es el único problema relacionado con el atún que ha hecho saltar las alarmas de las autoridades sanitarias.

Desde hace unos años, el Ministerio de Sanidad desaconseja la ingesta de este pescado a mujeres embarazadas o que estén dando el pecho. También a niños menores de tres años y hasta los 12 años limita su consumo a 50 gramos a la semana.

El problema es la presencia en esta especie de metil-mercurio, una sustancia muy tóxica derivada de la contaminación ambiental que los peces acumulan en su organismo. El metil-mercurio se disuelve fácilmente en la grasa y atraviesa la barrera hemato-encefálica y la placenta «pudiendo provocar alteraciones en el desarrollo neuronal del feto y en niños de corta edad», señala el Ministerio de Sanidad.

Junto al atún, están afectadas otras especies, como el pez espada, el lucio o el tiburón, especies todas ellas de gran tamaño. El hecho, insiste Sanidad, de que estos grandes depredadores sean migratorios, «hace que no sea posible excluir los pescados de las aguas menos contaminadas».

Según el ministerio, una mujer embarazada que ingiera una ración (100 gramos) de pez espada a la semana superaría la ingesta máxima tolerable de metil-mercurio.

Un niño de entre 7 y 12 años (35 kilos) puede consumir sólo media ración (50 gramos) de pez espada a la semana y ningún otro de los pescados grandes esa misma semana.