¿Tienen motivos los valencianos para sumarse al discurso que empezó Cataluña de «España nos roba»?

Muchísimos. En todos los presupuestos generales del Estado de los últimos seis años hemos tenido el dudoso honor de ser los últimos o penúltimos en la media de inversiones, y es más grave en el caso de Alicante. Somos el 11% de la población, representamos el 10% del PIB y las inversiones reales en la Comunidad el año pasado fueron del tres y medio. ¡Cuánto seríamos capaces de hacer si nos dieran lo que nos corresponde y se ajustara esa inversión al peso demográfico! Y encima Montoro nos dice llorones y nos insulta como pueblo. Si una virtud tiene Compromís es haber irrumpido en el panorama político más allá de la Comunidad Valenciana para poner el acento en los problemas de la Comunidad.

¿Hacer del problema valenciano una cuestión de Estado?

Es que es una cuestión de Estado. Cuando reclamamos las inversiones es porque queremos contribuir al PIB de toda España. Esta reivindicación ya no es solo de Compromís, sino de toda la sociedad valenciana. Una mayor financiación serviría para hacer más infraestructuras, más colegios y construir el día a día de las personas.

¿Hay que ampliar la cuestión territorial más allá del problema con Cataluña?

Es absolutamente necesario que todos tengamos voz. He presentado una propuesta en el Congreso para que todo el grupo mixto, que es un grupo de distintos territorios, estemos presentes en la cuestión territorial. Porque una cosa. La solución al problema catalán no podrá ser a costa de la Comunidad Valenciana, a costa de la financiación o los presupuestos. Me preocupa que el ministro De Guindos hable de más dinero para Cataluña por parar el proceso independentista.

¿Qué papel puede jugar la Generalitat Valenciana ante el conflicto con Cataluña?

No sé si podrá jugar algún papel, pero los catalanes son nuestros primeros clientes y nosotros los suyos. A todos nos interesa una buena relación. A partir del lunes tiene que bajar la presión de la olla y alguien tiene que dar algún paso. El referéndum es ilegal porque el aparato del Estado no ha permitido que lo sea. El problema seguirá ahí y no lo solucionarán ni jueces ni más barcos de policía ni las horas extras al Tribunal Constitucional. Se solucionará cuando las dos partes sean capaces de sentarse.

¿Es posible la consulta pactada?

Claro. Países como Canadá o Reino Unido han sido capaces de hacerla. Y pactar todo: tiempo, preguntas o fecha.

¿Quién tiene más responsabilidad en la situación actual?

La actuación del PP tanto en tiempos de Aznar como de Rajoy. El pecado original es suyo. Pero a partir de ahí se ha llegado a un callejón sin salida, y la actuación de la otra parte tampoco ha sido la más correcta. La sesión del Parlament de principios de septiembre no fue ejemplo de lo que se ha de hacer. Cuando el aparato del Estado sea capaz de impedir el referéndum, que lo hará casi con toda probabilidad, intentemos no llegar a una situación dramática para que a partir del martes sea más fácil sentarse en torno a una mesa.

Usted ha dicho en alguna ocasión que si viviera en Cataluña votaría.

Si estuviera en Cataluña me identificaría con la mayoría y allí la mayoría quiere votar.

¿Cómo valora las últimas reacciones del Gobierno central en Cataluña? ¿Son desde su punto de vista desmesuradas?

Lo que creo es que han sido torpes. Ha sido como tirar gasolina a un incendio que ya era grande. Detener a personas cuando van a llevar a los niños al colegio o en los peajes, llenar Barcelona de policía... Pero, sobre todo, la actitud de Rajoy ha llegado tarde a todo.