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Expertos señalan el gran problema de Alicante con el alojamiento sumergido

Técnicos de la UA y empresarios creen que la ciudad tiene condiciones como destino turístico pero debe adaptarse a las nuevas exigencias tecnológicas

Expertos señalan el gran problema de Alicante con el alojamiento sumergido

Expertos y empresarios coincidieron ayer al subrayar que Alicante reúne todas las condiciones para ser considerada una ciudad turística pero apelaron a mejorar una serie de aspectos que, en estos momentos, lastran ese objetivo como son la falta de limpieza, la precaria conectividad con el aeropuerto, la presión del alojamiento sumergido, la hospitalidad y un factor nuevo y que empieza a no pasar desapercibido como es el de la pérdida de confort climático por el cambio climático. Reflexiones que se hicieron públicas en el marco del «Aula Ciudad de Alicante», un nuevo espacio impulsado por la Universidad de Alicante que se celebrará una vez al mes. Ayer, «Alicante, ¿ciudad turística?, mesa redonda que coordinaron los catedráticos Jorge Olcina y José Ramón Navarro.

El objetivo de la mesa era retomar el debate sobre las potencialidades y líneas de trabajo a desarrollar para que la condición de Alicante, como ciudad turística, sea una realidad operativa, desde principios de sostenibilidad y competitividad de la actividad.

Particular interés tuvo, en este sentido, el análisis de los modelos de alojamiento ligados al turismo urbano, en especial la eclosión de la oferta de plazas de alojamiento turístico, regladas y no regladas, comercializadas a través de plataformas digitales.

Para Fernando Vera, investigador del Instituto Interuniversitario de Investigaciones Turísticas de la Universidad de Alicante, «es una modalidad en alza e imparable que responde a nuevas tendencias en el consumo turístico, pero lo lógico es que, desde el momento en que compiten con otras modalidades de alojamiento que están declaradas y tributan, las plazas que se ofertan por esos nuevos sistemas estén debidamente regladas. Por razones de tipo fiscal y de seguridad para el consumidor».

Pablo Guzmán, secretario general de la Asociación Provincial de Hoteles de Alicante, sostuvo que Alicante tiene todas las condiciones para ser considerada una ciudad turística pero debe concienciarse de ello y mejorar la hospitalidad hacia los visitantes. «Tenemos buen clima, buenas comunicaciones, aunque hay que mejorar la conectividad del aeropuerto con el ferrocarril, buenos precios y competitivos en el alojamiento, cultura, gastronomía y patrimonio. Todos estos factores avalan, indudablemente, a Alicante como ciudad turística, pero faltan cosas por resolver». Guzmán subrayó que «hay que mejorar la gestión del castillo de Santa Bárbara, dotar a la ciudad de un emblema y mejorar la limpieza, la imagen urbana, y, por supuesto, olvidarnos de la tasa turística»

Armando Ortuño, experto en ordenación del territorio, incidió en la necesidad de dar salida a la situación jurídica del alquiler de apartamentos. «No hay que despreciar una realidad como la del alquiler no reglado porque, en sí mismo, es bueno en Alicante porque ayuda a la desestacionalización.

Por ejemplo, en la Playa de San Juan, donde no existen problemas vecinales, la oferta hotelera es escasa y, por tanto, no hay problemas con los inquilinos. Otra realidad bien diferente es la que se pueda vivir en el centro de la ciudad». Ortuño descartó que en Alicante puedan producirse problema ligados con la turismofobia. Ortuño apeló a negociar con las plataformas digitales de alquiler. «Son positivas porque dan visibilidad mundial al propietario pero deben pagar impuestos. Eso si, no lo mismo la que alquila uno piso en el centro, que en un barrio».

El catedrático Jorge Olcina, coordinador de la jornada, subraya, por su parte, que «es importante que Alicante y el resto de ciudades turísticas vayan teniendo en cuenta el cambio climático como un eje principal para diseñar sus políticas». Olcina recordó que el cambio climático va a provocar una pérdida de confort climático (más temperatura y calor húmedo), lo que obligará a llevar a cabo diseños urbanos y de edificios que apuesten por la ampliación de arbolado en las calles, zonas verdes, sistemas de aire acondicionado. En definitiva, arquitectura bioclimática».

La intervención de la profesora Ana Ramón se centró en el análisis del entorno internacional, cómo está cambiando, en qué momento está Alicante y qué respuesta debe dar a estos cambios. Según Ramón, la globalización económica, la desregulación de los mercados y el avance hacia una economía digital ofrecen oportunidades y retos a los que Alicante debe adaptarse.

La incertidumbre es hoy uno de los retos fundamentales, ante la realidad del Brexit o los conflictos en el norte de África. Ramón considera clave «entender bien qué quiere el turista, como abastecerlo y qué turista es el que nos interesa ante el nuevo visitante 2.0 que interactúa antes, durante y después del viaje, constituye otro de los retos del turismo alicantino».

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