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Un trío con relación abierta

Echávarri, Bellido y Pavón no hacen ascos a coquetear con la oposición cuando se trata de poner en evidencia a uno de los socios

Un trío con relación abierta

63 años luz de la Tierra, en el sistema solar, hay un planeta, Beta Pictoris B, donde los días tienen ocho horas. El buen sexo tántrico, aseguran los expertos, requiere de un mínimo de ocho horas. Ocho horas es el tiempo recomendado de sueño al día para que el cerebro esté en plena forma y ocho horas despilfarramos ayer de nuestras vidas en un pleno en el Ayuntamiento de Alicante que solo sirvió para constatar lo que ya sabíamos, que el tripartito solo es en estos momentos una unión temporal de intereses dedicada en exclusiva a hacerse la vida imposible y que la oposición le tiene tomada la medida para lograr salirse con la suya. Nada astronómico ni placentero.

Lo de ayer requiere de toda la doctrina vertida por Sigmund Freud en «Psicopatología de la vida cotidiana» para poder dar una explicación algo atinada. Si diéramos por buena la teoría del cuestionado creador del concepto del «inconsciente» comprenderíamos que «experiencias dolorosas de la infancia son desalojadas de la conciencia y pasan a formar parte del inconsciente, desde donde pueden influir poderosamente en la conducta de adulto».

Por tanto, solo los traumas infantiles justificarían la inconsciente relación que existe entre Gabriel Echávarri (PSOE), Miguel Ángel Pavón (Guanyar) y Natxo Bellido (Compromís), miembros de un trío con una relación abierta en la que no hacen ascos a los coqueteos veleidosos con la oposición si ello representa aflorar la ineptitud y debilidad del socio de gobierno.

Así, sin que sirva realmente para algo, porque los plenos, por mor de la Ley de Grandes Ciudades, se han convertido en representaciones inútiles de cara al público inocente que aún asiste y participa pese a que los acuerdos no son vinculantes y en la mayoría de las ocasiones se olvidan al minuto de adoptarlos; en las ocho horas que sufrimos pudimos comprobar cómo a Pavón la oposición le tumbaba la regulación de los clubes de cannabis para alegría de sus socios, cómo el PP sacaba adelante su propuesta de unos Juegos Europeos que todos saben que no se celebrarán y cómo el PP y Ciudadanos lograban que se aprobara ordenar a Urbanismo que se inicien los trabajos de ese nuevo Plan General pese a ser conscientes de que ya es imposible.

Guanyar dejó en evidencia, al plantear que se construya un colegio para albergar el de La Almadraba, a la «no-concejal de Educación», como denomina el PP a María José Espuch (Compromís). Lo hizo con el apoyo de los populares, Ciudadanos y el tránsfuga (exCs) Fernando Sepulcre. Espuch, quien tuvo que oír que en dos años y medio no ha hecho nada sobre el mapa escolar de la ciudad, le devolvió el favor a Pavón, revelando que ha ido detrás del concejal de Urbanismo un año sin éxito para que dé una solución para los barracones del colegio La Cañada.

El vicealcalde también trató de avergonzar públicamente a la concejal de Compromís Sonia Tirado al proponer que se pida dinero a la Conselleria de Economía, que dirige Compromís, para modernizar los polígonos industriales alicantinos, lo que viene a ser lo mismo que decir que Tirado no hace su trabajo. El PP, Cs y Fernando Sepulcre volvieron a acompañar a Pavón en este asunto sin empacho ante ese objetivo superior que mueve a toda oposición como es sentarse cuanto antes en los sillones que hoy ocupa el tripartito.

Pero el edil de Urbanismo no se fue de rositas, ni mucho menos. El PP, el PSOE y los dos ediles tránsfugas votaban juntos en contra de la tasa turística que defiende Podemos en la Generalitat y Guanyar en el Ayuntamiento Alicantino. Además, Pavón tuvo que escuchar del portavoz popular, Luis Barcala, animar a Echávarri a que le eche de Urbanismo cuanto antes por la parálisis que hay en el área, y tras presumir el vicealcalde de que había dado la licencia para la ampliación del centro de alzhéimer «en un mes y once días», el popular le replicó: «Mejor me lo pone. Cuando usted quiere, sí puede».

Como ya es tradicional, los plenos no serían tales sin el momento Julia Angulo- Nerea Belmonte. La primera tuvo a bien compartir que su abuela, a sus nietas, «nos advertía que coquetear con los chicos no tenía nada bueno. Deje de coquetear con todos señora Belmonte, sea coherente». Y precisamente, por coherencia, Angulo, tras insultar a Belmonte, le pidió su apoyo en esa sorprendente táctica que tanto se emplea en Guanyar de denigrar previamente a quien se le pide ayuda, por lo que, quizá, raramente la obtienen. Pocos desconocen el odio que los de Guanyar destilan hacia Belmonte. «Me recuerda a Sonia Castedo en muchas cosas», le espetó Pavón, lo que no se debe entender como un halago. «En lo único que me parezco a Castedo es en que somos mujeres y rubias. ¿Qué le incomoda, que somos mujeres o rubias?», replicó la exGuanyar.

Como un mal comienzo suele tener un peor final, se acabó con un esperpento protagonizado por la portavoz de Cs, Yaneth Giraldo, quien se hizo un lío y, ante una advertencia del interventor que se asustó al oír la palabra auditoría, se avino dócilmente a retirar la propuesta que perseguía evitar que el PSOE y Compromís den más dinero a la empresa de limpieza. Barcala, muy compenetrado ayer con Giraldo, salió a su rescate cual caballero andante y explicó que no se trataba de auditar las cuentas sino de fiscalizar la limpieza, tras lo que Giraldo afirmó: «Retiro la retirada». Eran ya las ocho de la tarde, con lo que solo cabía echarse a reír.

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