Alicante reúne estos días a cerca de 600 investigadores en torno al 17 Congreso de la Sociedad Española de Neurociencias, que se celebra desde ayer y hasta el sábado en el Auditorio de la Diputación. En este encuentro se pondrán en común los últimos avances alcanzados en el estudio del cerebro y de las enfermedades que le afectan, sobre todo las neurodegenerativas, como el alzhéimer o el párkinson.

Parte de la jornada de ayer estuvo dedicada a una de las disciplinas más nuevas y prometedoras, la optogenética. Se trata de un conjunto de técnicas que permiten, a través de la luz, activar o desactivar determinados circuitos neuronales y reponer actividades del cerebro que se habían perdido.

En el laboratorio estos hallazgos han supuesto un antes y un después. «Es la primera vez que de manera selectiva podemos activar un grupo de neuronas, ya que hasta sólo podíamos activar la porción de tejido que rodea al electrodo con el que aplicamos la corriente», señala Santiago Canals, investigador del Instituto de Neurociencias de Alicante, quien emplea la optogenética en sus investigaciones.

Lo más importante es que esta técnica está ayudando a los investigadores a entender las bases biológicas del comportamiento «y abre la puerta a variar y corregir conductas que se han desviado, por ejemplo fruto de una depresión», señala Juan Lerma, investigador del Instituto de Neurociencias. De esta forma, se está más cerca de la manipulación remota del comportamiento.

Gracias a la optogenética en ratones de laboratorio ya ha sido posible controlar el movimiento, evocar o inhibir antiguas memorias, crear en los animales falsos recuerdos, provocar hambre o saciedad, inhibir o activar el dolor, reducir comportamientos depresivos y «desactivar» zonas del cerebro involucradas en la adicción a las drogas. Otras de las ventajas de esta técnica es que no es tan invasiva como otras.

También es prometedor su uso en la enfermedad de alzhéimer. Y es que, explica Canals, «hay teorías que apuntan a que si la memoria está intacta y lo que falla es la capacidad de recuperar esos recuerdos, se podría restablecer esa función de recuperación a través de la optogenética».

Entre los temas más novedosos que se presentaron ayer en el marco del congreso que se celebra en Alicante destacan los estudios sobre la aplicación terapéutica de la optogenética en enfermedades neurodegenerativas y en concreto para la retinosis pigmentaria, un conjunto de enfermedades neurodegenerativas oculares que provocan una disminución lenta pero progresiva de la agudeza visual.

Los fármacos regulados por luz, señalan desde la Sociedad Española de Neurociencias, permiten la activación remota de la actividad biológica y posibilitan terapias basadas en moléculas pequeñas. En el congreso Mercè Izquierdo, de la Universidad Pompeu Fabra, ha presentado una estrategia química para fotoactivar la actividad de las proteínas endógenas y demostrar su aplicación para restaurar la fotorespuesta en la retina degenerada sin manipulación genética.

Se trata de una nueva clase de fármacos regulados por la luz y actúan como moléculas que fotocontrolan la actividad de las neuronas. Además, estos nuevos fotoactivadores abren el camino a nuevas oportunidades terapéuticas para este tipo de enfermedades.

Los asistentes al congreso de Alicante tratarán desde las últimas investigaciones sobre la comprensión de la memoria, el aprendizaje o la conducta, hasta los avances más recientes en el tratamiento de la discapacidad intelectual y otros trastornos del desarrollo neurológico y neurodegenerativos como la enfermedad de alzhéimer, de párkinson o la depresión y la esquizofrenia.

«En los últimos 15 años la neurociencia española ha hecho un cambio espectacular en calidad científica como demuestran las presentaciones de las sucesivas ediciones del congreso. Este año se abarcan prácticamente todas las áreas de las neurociencias, desde aspectos moleculares a la conducta y la patología, pasando por biología celular, fisiología, computación, neuroimagen. Por este motivo el congreso es el mejor foro para encontrar colaboraciones y diseñar proyectos multidisciplinares que son el futuro de la investigación para mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad», asegura Jordi Alberch, presidente de la Sociedad Española de Neurociencias.