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Las críticas a la gestión de Pavón en Urbanismo unen a sus socios y a la oposición

Compromís arremete contra el vicealcalde por los retrasos en los trámites para la construcción del nuevo colegio de La Cañada

El vicealcalde y concejal de Urbanismo y Limpieza, Miguel Ángel Pavón, se convirtió ayer en el protagonista involuntario del pleno municipal celebrado en el Ayuntamiento de Alicante. La sesión, la más larga del presente mandato, fue especialmente dura para Pavón, quien tras amanecer conociendo por este diario las maniobras del alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, para apartarle de Urbanismo con el objetivo de desbloquear un área marcada por las continuas críticas de los promotores, fue además el objetivo de todos durante el pleno: de la previsible oposición, que no desaprovechó su momento de debilidad, pero también de sus socios de gobierno, que no dejaron pasar la oportunidad para poner en evidencia su deficiente gestión al frente de su principal competencia en el Ayuntamiento de Alicante.

Tal vez, la frase más inesperada para el líder de Guanyar procedió de su bancada, de su margen izquierdo, en concreto de la concejala de Educación, María José Espuch (Compromís), quien afeó en público el retraso en uno de los centros educativos que arrastra más necesidades en la ciudad. «La señora Gloria Vara [PSOE] y yo hemos estado un año detrás de usted para que agilice los trámites para [la construcción del nuevo colegio de] La Cañada», afirmó Espuch, entre la negativa de Pavón y las caras de asombro que se veían entre los ediles de la oposición. Y es que como se encargó de verbalizar el portavoz del PP, Luis Barcala, el tripartito no necesita la acción de PP y Ciudadanos. «¿Desgastarles? Nos cuesta. Son tan eficaces desgastándose ustedes mismos...», dijo Barcala horas antes de que Espuch evidenciase las enormes diferencias existentes en un equipo de gobierno que se prepara, tal vez, para su principal crisis interna, si finalmente Echávarri consuma su deseo de despojar a Pavón de Urbanismo.

Barcala, con un rival herido como Pavón -que se mostró extrañamente errático y especialmente agresivo con la oposición desde primera hora de la mañana-, no desaprovechó la oportunidad para intentar darle la puntilla, como se dice en una terminología taurina que ayer estuvo muy presente, al tratar el pleno una propuesta para prorrogar el pliego de condiciones de la Plaza de Toros que salió adelante con el voto a favor de PP, PSOE y Cs. El dirigente popular, con la necesaria colaboración de la tránsfuga Nerea Belmonte (ex de Guanyar), intentó que Pavón no saliera indemne del pleno. «Probablemente, ésta será su última actuación como concejal de Urbanismo», «triste bagaje su legado en Urbanismo», «no me extraña que el alcalde le quite de Urbanismo, lo que me extraña es que no le quite también Limpieza» o «es una incógnita quién se va a hacer cargo de Urbanismo» fueron algunas de las frases que le dedicó Barcala, quien contó con la inestimable y nada sorpresiva ayuda de Belmonte: «De ofrecer un nuevo Plan General a la ciudad a solamente ampliar el cementerio para las mascotas... Con la patada que le va a dar el alcalde, no hará nada más en Urbanismo». Y cuando acabó Barcala y Belmonte, tomó el relevo el también popular Carlos Castillo, quien enumeró las, a su juicio, deficiencias en la gestión de Pavón al frente de Urbanismo, para cerrar su intervención con un guiño al alcalde y a su pretensión de echarle de la concejalía: «No lo piense, hágalo».

De la mañana a la tarde

Y así una hora tras otra. Tanto que ayer se pudo ver la versión más dura de Pavón, quien llegó a comparar a su excompañera Belmonte con la exalcaldesa Sonia Castedo, a quien un tribunal ha confirmado esta semana su procesamiento por el diseño del Plan General de Ordenación Urbana.

Tan complicado fue el día para Pavón que ni siquiera fue capaz de sacar adelante la aprobación definitiva de la ordenanza reguladora del establecimiento de clubes de cannabis en la ciudad. La oposición en bloque se lo tumbó. Los mismos que aprobaron una moción de Cs para promover el «inicio inmediato» de la tramitación del Plan General Estructural, en un evidente toque de atención al bloqueo existente en el área.

Pavón, por su parte, apenas logró la aprobación del plan de ampliación del Cementerio, aunque ni ese debate le resultó cómodo. También consiguió enfadar, y mucho, al único socio de gobierno que puede ejercer ahora de aliado, dada la relación con un PSOE que pretende arrebatarle su «joya». Compromís consideró ayer una deslealtad, y así lo hizo saber en público, que Guanyar presentara declaraciones institucionales en contra de competencias que los nacionalistas gestionan en el Consell, como Educación o Economía. El PSOE, ayer, optó por un perfil bajo, guardando un silencio nada casual.

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