El conseller de Educación no se resigna. Lo ha advertido por activa y por pasiva y prepara nuevas instrucciones que quiere tener listas antes de la matrícula del curso próximo, aproximadamente en el mes de marzo de 2018, para implantar su propio modelo de enseñanza en lenguas.

Vicent Marzà considera que el modelo aprobado por el PP en 2012 está «fracasado» y no cumple con el objetivo que se ha marcado el Consell: que todos los alumnos acaben la enseñanza obligatoria con dominio del castellano, del valenciano y del inglés; así que está elaborando medidas para no continuar el curso que viene con el plurilingüismo al que le ha obligado volver en sus autos el TSJ.

Para rehacer el plurilingüismo, la Conselleria de Educación quiere partir del decreto-ley aprobado el 1 de septiembre por el Consell, unas normas light con respecto al decreto original y que solo se imparten este curso y entre los niños de 3 años, en Infantil.

No obstante, ayer mismo el Tribunal Superior de Justicia, en un nuevo auto en el que rechaza los últimos recursos de Educación frente a la suspensión del plurilingüismo, enviaba un aviso a navegantes: «Estamos examinando» el decreto-ley de 1 de septiembre aprobado por la vía de urgencia para los niños de Infantil.

Dentro de las resoluciones judiciales que los magistrados están examinando, tendrá cabida el citado decreto «light». El TSJ lo contempla así en el auto en el que desestima el recurso de Educación pese a que nadie lo haya demandado hasta la fecha.

Garantías

Desde el propio departamento de Marzà son conscientes de que el citado decreto-ley para los niños de 3 años «solo rige para este curso, mientras no haya una sentencia firme sobre el plurilingüismo». Por ello se han puesto manos a la obra, con la intención de redactar unas normas que apliquen todos los centros y niveles educativos el curso que viene para la enseñanza en lenguas «siempre que no haya una sentencia, porque entonces ya sabríamos qué aplicar», como admite el secretario autonómico y numero 2 de Educación, Miguel Soler.

«No hay una decisión tomada sobre el instrumento, -como ya indicó la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra-, pero es necesaria y garantizamos que lo tendremos resuelto antes de la matrícula del curso que viene, para que todos los centros puedan organizarse», abunda Soler.

Conocedores de las críticas fundamentales que ha recibido el decreto de plurilingüismo original, centradas en que el nivel básico con más enseñanza en castellano no vea limitada la enseñanza en inglés, el secretario autonómico afirma que se van a tener en cuenta los «temas» que citan los distintos autos jurídicos del TSJ. «Buscamos el máximo consenso y consideraremos los temas según las sentencias», señaló Soler a preguntas de este diario.

«Serán unas instrucciones nuevas, se llamen como se llamen, que regularán de forma clara» la enseñanza en lenguas, «para que antes de la matrícula, con el mes de marzo, como referencia, esté claro», subraya Miguel Soler. Siempre y cuando los magistrados del TSJ de la Comunidad no resuelvan antes la sentencias pendientes contra el decreto de plurilingüismo, en las que piensa incluir de motu propio las posibles «incidencias» del decreto-ley aprobado por vía de urgencia para este curso para primero de Infantil.

Ayer los jueces rechazaban sendos recursos de la Conselleria de Educación y de Escola contra la suspensión cautelar a favor de la demanda de la Diputación Provincial, e imponen el pago de las costas por 350 euros a cada uno de los recurrentes.

A Educación le recuerdan que debe seguir aplicando el decreto de plurilingüismo que aprobó el PP en 2012, y que puede acudir al Supremo en recurso de casación. A Escola Valenciana le dan cinco días para recurrir y descartan su petición de limitar la nulidad del decreto al certificado de idiomas.