Los especialistas estiman que entre los 25 y los 30 años es un buen momento para que la mujer planifique su maternidad y por tanto se realice una prueba para determinar cuál es su reserva ovárica. «Generalmente, a esa edad, la mujer ya puede valorar cómo es su vida personal y qué espera de los próximos años», señala el ginecólogo Joaquín Llácer. En caso de tener una baja reserva ovárica, sería un buen momento «para decidir congelar sus óvulos, porque en un futuro tendrán un mejor potencial reproductivo». Por encima de los 35 años, los tiempos se acortan sustancialmente y la planficación resulta muchos más complicada.

En este sentido, los tiempos han cambiado y ahora las parejas tienen que llevar a cabo una planificación familiar profertilidad. «Hace 40 o 50 años el mayor problema era que las parejas tenían más hijos de los deseados, ahora ocurre todo lo contrario, al retrasar la edad de maternidad es cada vez más difícil tener hijos». El responsable del Instituto Bernabeu lo compara con otros fenómenos sociales de los últimos años. «Hasta hace no mucho tiempo, la gran preocupación para las familias era la desnutrición y ahora estamos combatiendo la obesidad».