Los colectores de aguas pluviales de la ciudad de Alicante todavía no están preparados para episodios de lluvias muy fuertes en muy poco tiempo como el que se registró en la tarde y noche del viernes, según el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante (UA). Así lo aseveraron ayer responsables de esta unidad de investigación a través de las redes sociales, donde también señalaron que, de haber tenido más duración las tormentas, las consecuencias podrían haber sido bastante graves. Además, incidieron en que lo ocurrido, centrado sobre todo en Alicante y su entorno y en el valle del Vinalopó, no se corresponde con una situación de gota fría, sino con la entrada de una vaguada, nombre con el que se conoce a las lenguas de aire frío.

Desde el Laboratorio de Climatología se ha puesto en valor en repetidas ocasiones el papel que ejerce la red de colectores construida después de las inundaciones de 1997 para facilitar la captación y salida al mar de las aguas pluviales, sobre todo en momentos de lluvias torrenciales. Sin embargo, consideran que la acumulación de balsas en distintos puntos tras las tormentas del viernes pone de manifiesto que los colectores «no están preparados ante este tipo de chubascos cortos pero muy intensos». Asimismo, inciden en que «según los datos, estas situaciones están yendo a más en la última década», por lo que a su juicio «aún falta mucho por mejorar» para minimizar al máximo posible los riesgos ante las lluvias.

Desde el centro de investigación aluden a la excepcionalidad del fenómeno por la gran cantidad de agua caída en muy poco tiempo y por los vientos y el aparato eléctrico que trajo consigo, lo cual, además de generar los lógicos problemas, hizo que causara un gran impacto visual. Mientras tanto, a unos pocos kilómetros apenas cayó agua. Estas situaciones, recalcan, «son muy complicadas de prever», aunque dado que no deja de ser algo bastante propio de esta época del año apelan a «estar siempre alerta» cada vez que se vaya a producir algún cambio brusco en el tiempo.

En la ciudad de Alicante se anegaron varias vías, entre ellas la Avenida de Elche, el acceso sur a la ciudad, pese a que ha sido remodelada recientemente. El concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, alegó que el viernes se dio una situación «extraordinaria» de una cantidad de lluvia «excepcional» en muy poco tiempo, y admitió que las infraestructuras tienen «ciertos límites» y resulta «muy difícil» absorber toda el agua. El edil afirmó no tener constancia de que haya problema o defecto alguno en la captación de pluviales en esta zona, aunque si se detectara alguno, añadió, «se revisará» de manera conveniente.

Pavón también sugirió la posibilidad de que el muro que separa la calzada de la vía del tren hacia Murcia en gran parte de ese tramo pudiera hacer de «dique» para la salida de las aguas hacia el mar y eso propiciara que se produjeran más balsas de agua en la calzada. En este sentido, el concejal de Urbanismo recordó que está «pendiente de retirar el trazado ferroviario del frente litoral a medio plazo», lo que permitiría acometer también una mejora de los desagües de pluviales hacia el mar. Por ello, apeló a que «se rescate ese proyecto y se recupere así el litoral sur de la ciudad», recogiendo en cierta manera lo anunciado hace unos días por el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, acerca de la conexión ferroviaria del aeropuerto de El Altet.

Lluvias en la provincia, ayer

La jornada de ayer también fue lluviosa en distintos puntos de la provincia, aunque sin la intensidad de la tarde del viernes. Las precipitaciones se repartieron de manera irregular a lo largo del día, aunque con cantidades destacables en algunos puntos, como en Xàbia y en la partida rural de Penella, en Cocentaina, con 20 litros por metro cuadrado en cada caso. También cayeron 15 litros en Alcoy, 14 en Benifallim y 11 en Ibi, Alcoleja y Parcent, así como 5 en Elda, además de cantidades menos relevantes en otros lugares.