El Síndic de Greuges de la Comunidad Valenciana, José Cholbi, se ha dirigido al Ayuntamiento de Alicante para solicitarle que siga adoptando medidas tanto de prevención como de reducción y corrección previstas en la ley para eliminar al máximo las molestias generadas por la práctica del botellón en el barrio de Santa Cruz de Alicante. También insta a que la Policía Local siga ejerciendo labores de disuasión y sanción a fin de erradicar las consecuencias derivadas de esta práctica.

Esta es la resolución del defensor del pueblo de la Comunidad Valenciana a la queja presentada por casi un centenar de vecinos del barrio que acudieron a esta institución ante las insoportables molestias que soportan desde hace años durante todos los fines de semana a consecuencia del botellón.

Los vecinos han denunciado ante el Síndic y ante el Consistorio que multitud de jóvenes se congregan en las inmediaciones de sus domicilios, concretamente en la muralla del Barrio de Santa Cruz, donde organizan botellones con los consiguientes perjuicios en la vía pública, jardines e incluso en sus propias viviendas. En concreto, los vecinos se quejan de los ruidos y la suciedad en la zona (botellas de cristal y vasos rotos, macetas destrozadas, vómitos, orines en las entradas y puertas de las casas…) además de las inseguridad sembrada por las peleas y griteríos hasta altas horas de la noche.

Durante la fase de investigación, el Ayuntamiento de Alicante comunicó al Síndic las actuaciones llevadas a cabo en esta zona. Según el informe remitido, en el último año (desde el 1 de junio de 2016 al 31 de mayo de 2017) la Policía Local ha denunciado a 36 personas por consumir bebidas alcohólicas en la zona. Además, todos los fines de semana y en horario nocturno, dicho cuerpo despliega un dispositivo de vigilancia en el Casco Antiguo para evitar el consumo de alcohol en vía pública y las molestias a los vecinos.

Aunque Cholbi hace una valoración positiva de las medidas adoptadas hasta el momento por el Ayuntamiento, advierte que a pesar de las mismas se siguen produciendo molestias. Los vecinos que acudieron al Síndic reclaman algo tan básico como que se les permita el derecho al descanso, que cesen las molestias generadas por los ruidos y los actos incívicos fruto de la práctica del botellón. De ahí que el defensor considere necesario que el Ayuntamiento siga trabajando con todas las medidas y recursos legales de los que dispone para dar una respuesta eficaz a los diferentes problemas generados por la práctica del botellón en la zona mencionada.

Si bien es cierto que la Administración tienen la obligación de actuar frente a cualquier alteración de la paz vecinal y del entorno en que se desarrolla la vida íntima o privada, el Síndic también apela al comportamiento cívico de los jóvenes y considera imprescindible que la ciudadanía sea consciente del deber de respetar los derechos de las demás.