El Castillo de Santa Bárbara, la playa del Postiguet, el Puerto....y una rata en la parte de atrás del Ayuntamiento. Estas son las instantáneas de Alicante que más de un turista se llevará de vuelta a su país en su teléfono móvil o compartirá en las redes sociales con el consiguiente perjuicio a la imagen de la ciudad.

Ayer por la mañana, minutos antes de la una del mediodía concretamente, una pequeña rata se paseó por la plaza de la Santísima Faz, detrás del Ayuntamiento, ante la asombrada mirada de residentes y turistas que no dudaron en inmortalizar la imagen.

El caso no pasaría de curioso si no fuera porque en lo que va de verano han aparecido plagas de roedores en la Explanada, la zona norte y el paseo Periodista José Picó en el barrio del Garbinet.

La concejal de Sanidad, Sonia Tirado (Compromís), explicó que en verano «pese a los tratamientos preventivos que se realizan en el alcantarillado no es del todo extraño que aparezca algún foco en zonas con vegetación y posibilidad de alimento». «No obstante, en cuanto tenemos aviso de que hay roedores en algún punto concreto la empresa Lokímica actúa en el plazo de dos horas para localizar el problema y actuar», añadió.

Efectivamente operarios de la empresa encargada de luchar contra las plagas se personaron en el lugar para poner portacebos.

Para la responsable de Sanidad, «este verano no existe un problema mayor que otros años en cuanto a plagas» y lo desvinculó de la huelga de basuras que se está produciendo desde la semana pasada en la ciudad.

Tirado aseguró que dos semanas antes de Hogueras se reforzó la desratización en la zona centro y recientemente se ha hecho lo mismo en la zona norte. Estos tratamientos tienen un efecto de unos tres meses.

«En el caso de hoy -por ayer- al tratarse de un pequeño roedor de campo y no de una rata de alcantarilla lo normal es que haya salido en busca de comida, quizá haya notado que había comida para gatos cerca», dijo la edil.

Recordó que la ordenanza municipal prohíbe dejar comida en la calle para alimentar animales, si bien admitió que se está revisando con la concejalía de Protección Animal y «veremos cómo regular a los alimentadores que ya son conocidos y saben cuándo retirar los restos».