Un hombre, español, de más de 65 años de edad y que se baña en playas de la Vega Baja. Éste es el perfil del ahogado durante este año en Alicante, la provincia con más muertes en el agua durante este 2017, por delante de Las Palmas (28) y A Coruña y Tenerife (22). Las cifras, recopiladas por la Federación Española de Salvamento y Socorrismo, no son baladí, ya que hasta 31 personas han muerto en playas o piscinas de Alicante en lo que va de año, un 40% más que durante todo 2016.

Esta situación preocupa a los expertos, que señalan como una de las posibles causas a los temporales que azotaron las costas alicantinas a principios de año y que crearon nuevos «canales de corrientes» en las playas, en lugares que hasta la fecha no presentaban tanto peligro. El coordinador de Cruz Roja en Guardamar, José Luis Hernández Olivas, considera que estos temporales marítimos «destrozaron playas que no han recuperado su estado habitual, cambiando la orografía del terreno». En esa línea, Jorge Olcina, catedrático de Geografía en la Universidad de Alicante, añade que la regeneración de las playas con aportes externos de arena también puede tener relación con el aumento de muertes en la costa alicantina. «Esto supone la introducción de un elemento nuevo en las playas, la arena añadida, que con los temporales y oleajes buscan su equilibrio, originando hoyos en la arena situada en los primeros metros de playa, ya en el mar. El resultado es que el bañista sufre también la presencia de este tipo de agujeros, que pueden originar caídas en el agua con el consiguiente riesgo de ahogamiento», apunta el profesor de la UA.

Desde Cruz Roja, además, insisten en la actitud de muchos bañistas que desobedecen las indicaciones de las banderas e, incluso, de los socorristas. «Falta mucha concienciación, que debería ser un deber de la administración. En el agua, la gente no ve el peligro, y sí que lo hay. Esto provoca muchas negligencias, que se unen a algunas actitudes de bañistas que no hacen caso a las banderas ni a los socorristas», afirma Hernández Olivas, en relación a los usuarios de playas que se adentran en el agua, por ejemplo, con bandera roja. «Los más desobedientes son los rusos y los españoles que residen de interior. En cambio, los belgas, holandeses y nacionalidades del entorno siempre nos hacen caso», concluye el responsable de Cruz Roja en una de las playas más peligrosas de la provincia.