Un centenar de invitados asistió anoche a la que probablemente sea la primera boda catarí que se celebra en Alicante.

El novio, Gibran Al-Bader, es hijo de un embajador de Catar y de María Teresa Al-Bader, de soltera María Teresa Costantini que, aunque de ascendencia italiana, ha vivido muchos años en Alicante y continúa pasando con su familia las vacaciones de verano en la Playa de San Juan.

«Cuando mi hijo mayor dijo que se casaba pensamos, ¿qué mejor lugar para celebrarlo que aquí en el Mediterráneo?», explica María Teresa. Además, «era más sencillo reunir en Alicante a la familia y a los amigos europeos, aunque también viene gente de Estados Unidos y Latinoamérica y por supuesto de Catar», añade la madre del novio.

Su marido ha sido embajador del pequeño y rico país de la península arábiga en Naciones Unidas, Chile, Argentina, Brasil y Perú y recientemente ha regresado a Catar. Como compañero y amigo estaba previsto que acudiera también al enlace el embajador de Catar en España, Mohamed Al Kuwari.

Otra ventaja de la celebración en Alicante es que pudieron realizar una boda mixta en lugar de realizar la celebración con hombres y mujeres por separado como es costumbre en Catar. Por todo lo demás, la ceremonia se realizó a la manera tradicional y en árabe.

Hasta el Hotel Meliá se desplazó el imán de la mezquita de Alicante, Jamal Shatat, para oficiar la ceremonia. La novia, Sahar Al-Ansari, de madre americana y padre catarí, y diseñadora de interiores llegó junto a sus damas de honor vestida de blanco mientras sonaba la música tradicional nupcial.

El novio, arquitecto naval, entró junto a sus testigos con el traje tradicional, la thobe blanca, con el pañuelo, gutra, cubriendo su cabeza, y encima de su traje el bishit negro propio de las ocasiones especiales. Tras la ceremonia religiosa ambos se sentaron uno frente al otro mientras las invitadas solteras más cercanas agitaron sobre sus cabezas el pañuelo verde bordado que llevaba puesto la novia en la khoutuba, la formalización del compromiso celebrado en diciembre que es el momento en que se entregan los anillos y la novia se descubre por primera vez ante su futuro marido. Este rito sirve para desear buena fortuna a los recién casados y para que las jóvenes solteras que agitan el pañuelo encuentren también el amor. A continuación la pareja y los invitados disfrutaron de una cena.

Gibran y Sahar realizarán en los próximos días su viaje de novios, un crucero por el Mediterráneo, antes de regresar a Catar. Enhorabuena.