Setenta decibelios a las siete de la tarde en el centro de Alicante, rozando el nivel rojo de saturación acústica que marcan los 75 decibelios y muy por encima de los 55 decibelios que permite la ley. Es lo que revelan las mediciones de algunos de los 15 sonómetros para controlar el ruido instalados por el Ayuntamiento en el centro tradicional y el Casco Antiguo tras el aluvión de quejas derivadas de la actividad de veladores.

El sonómetro de la plaza de Gabriel Miró rozaba los 70 decibelios a las 19 horas de este lunes, lo mismo que el de Labradores con San Pascual. El de San Pascual con Tarifa, en el Casco Antiguo, los superaba. En Castaños se rondaban los 65. Una hora más tarde se alcanzaban los 73,5 decibelios en López Torregrosa, 73 en San Cristóbal entre las 22 horas y la medianoche, y ya de madrugada se registraban 79,4 en Virgen de Belén y 73 en Labradores.

Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, el nivel de ruido hasta 45 decibelios se considera umbral de bienestar. Ya con 55 las personas lo consideran molesto, y desde 85 se manifiestan efectos nocivos para la salud. El lunes a las 18 horas sólo un sonómetro, el de Montengón, estaba en verde, con 49.2 decibelios.

Trece sonómetros del centro de Alicante y el Casco Antiguo indicaban niveles amarillos de contaminación acústica entre 55 y 65 decibelios, y uno, el de la calle Gerona, estaba ya en nivel naranja. «Lo normal son 45 decibelios y se está en los 70 todos los días. Se sobrepasa lo que marca la ley», denuncia José María Hernández Mata, representante de un colectivo de once asociaciones de vecinos de Alicante que consideran que el Ayuntamiento no está ejerciendo el control sobre los veladores, «desde que el tripartito, en concreto la Concejalía de Seguridad, decidió cambiar la organización de la Policía Local».

«La situación es un verdadero desmadre en algunos puntos de Alicante. En el centro tradicional es un escándalo, con una organización del espacio público hecha de forma exagerada y cutre, gracias a la ordenanza que nos endosó el PP. Y no sólo por las molestias insoportables que sufren los residentes con los ruidos, que también se dan en la mayoría de barrios», afirma Hernández.

Las asociaciones de vecinos se refieren a la inseguridad en el centro para el acceso de ambulancias y los bomberos por la actual disposición de veladores. «La nueva organización policial va en la línea de dejar estas zonas de crisis ambiental diaria casi totalmente desmanteladas de efectivos con respecto a la anterior, que mantenía una brigada especializada dedicada al control de veladores en todo Alicante», afirman desde Ciudad de Asís, La Florida, Gran Vía Sur, San Gabriel, Francisco Albert-Princesa Mercedes, Alipark, Nuevo San Blas, Centro Tradicional, Divina Pastora, Ciudad Elegida y Virgen del Remedio.

Asimismo, critican que se les haya dejado sin posibilidad de contactar con los cuarteles en que ha quedado dividida la ciudad para que puedan denunciar con inmediatez. «¿Dónde está el número de móvil que nos prometieron para hacer denuncias?», alerta el colectivo, que expondrá todas estas quejas al alcalde en una reunión prevista para el día 29, a la que también acudirá Laderas del Benacantil en representación del Casco Antiguo, para hablar de veladores y de control policial.

Frente a este malestar, la Concejalía de Seguridad destaca por el contrario el buen funcionamiento del control de veladores este verano. Según datos municipales, la Policía Local ha inspeccionado 114 veladores y denunciado a 21. A estos expedientes se unen 73 actas por venta ambulante ilegal, 173 denuncias por falta de limpieza y por miccionar en la vía pública; y 59 por consumo de alcohol en la calle.

El concejal del área, Fernando Marcos, defendió en el último pleno, ante una pregunta del PP, que la nueva organización policial permite «mejores resultados porque todos los agentes actúan en el control e inspección de la venta ambulante y los veladores, no sólo los cuatro de la Unidad Fox. Ahora somos más eficaces».