Especialistas de Fisabio-Oftalmología Médica advierten de la aparición de lesiones oculares por la exposición prolongada al sol.

Estudios realizados por especialistas de esta fundación, dependiente de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública, han demostrado que las lentes de contacto que incorporan filtros ultravioleta no solo reducen significativamente la cantidad de radiación que llega a la superficie del ojo, sino que además protegen de la radiación que pueda filtrarse por aquellas zonas que no cubre la gafa de sol.

Además dichos estudios han determinado que la exposición prolongada a la luz solar puede provocar lesiones oculares irreversibles, principalmente en la córnea, el cristalino y la retina. La acumulación de los rayos ultravioleta a lo largo de los años es uno de los principales factores que influye en la formación de cataratas y degeneración macular asociada a la edad.

La radiación ultravioleta (UV) también puede causar lesiones en la piel de los párpados y en la estructura anterior del ojo, generando la aparición de pequeñas ulceraciones en la córnea (fotoqueratitis), así como un crecimiento anormal de la conjuntiva sobre la córnea (pterigion).

El sol acelera el envejecimiento de los ojos. "Dado que el 80% de la información que recibimos es visual, y que el concepto visión va ligado a la calidad de vida, y cada vez envejecemos más y mejor, con una vida social muy activa, es muy importante cuidar nuestra salud ocular", resalta la directora médica de Fisabio-Oftalmología Médica, Cristina Peris.

Como medida preventiva para combatir el desarrollo de enfermedades oculares, la doctora Peris aconseja que tanto las gafas de sol como las lentes de contacto incorporen filtros de rayos ultravioleta que pueden ayudar a prevenir o ralentizar la aparición de cataratas y otras patologías.

Sin embargo, tal y como señala la doctora Peris, hay que ser cuidadoso ya que en la actualidad "no todas las lentes de contacto" incorporan un filtro ultravioleta y, por lo tanto, no garantizan la fotoprotección.

Los especialistas en visión recomiendan limitar la exposición durante las horas de mayor radiación, especialmente en los niños, así como evitar el uso de lentes de contacto en las piscinas y utilizar siempre fotoprotectores solares y gafas de sol homologadas.

A la hora de elegir una gafa de sol, es aconsejable consultar con el profesional optometrista sobre la categoría del filtro solar que incorpora, ya que este se pueden clasificar de 0 a 4, según la intensidad y las condiciones de luz. Independientemente de la categoría, todas las gafas de sol homologadas deben filtrar un mínimo del 99% de los rayos UV.

El uso de lentes de contacto para bañarse en piscinas y playas está también desaconsejado, ya que puede provocar conjuntivitis e incluso úlceras corneales, "a veces con gran compromiso visual y que en ocasiones precisan un trasplante de córnea para su tratamiento definitivo", añade la especialista en enfermedades de la córnea y del segmento anterior del ojo.

Ello es debido a que los microorganismos que las producen se encuentran en el agua y pueden dejar una cicatriz residual importante en la córnea en aquellos pacientes que se bañan con las lentes de contacto.

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