La nacra se fija en los rizomas de las praderas de posidonia mediante miles de filamentos que forman el biso, muy apreciado en la Antigüedad para confeccionar tejidos de aspecto dorado, llamado «seda de mar». Muchos siglos después, debido a la gravedad del problema en el Mediterráneo, el pasado julio, en la última reunión de la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, presidida por la ministra de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, la especie fue declarada en situación crítica, dada su situación de riesgo de extinción según los criterios recogidos en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, aunque aún está pendiente de su aprobación mediante Orden Ministerial.